Hace unos días concluyó en Aucklad, Nueva Zelanda, la Copa Mundial de Softbol para hombres y todavía se comenta sobre la gran actuación de la selección cubana, que se quedó cerca de discutir la medalla de bronce, en una cita donde llegaron horas antes de debutar ante los campeones del 2019, Argentina.
El elenco que dirige Leonardo Cárdenas no era considerado como favorito para avanzar a la súper ronda. Sin embargo los jugadores siempre dijeron que podían ubicarse entre las seis primeras naciones del mundo y esto dice mucho de la confianza que se tienen.
Después de ver la actuación de Cuba en territorio neozelandés, nos hacemos una pregunta: ¿Hasta dónde era capaz de llegar este equipo, si hubieran arribado unos días antes a un país con 18 horas de diferencia con respecto al nuestro?
Libraron una batalla desigual, iniciaron el evento con solo 11 jugadores, incluso para el segundo choque ante República Checa todavía faltaban dos atletas por llegar, más una parte del colectivo técnico. Ni que decir que los que enfrentaron a los argentinos, prácticamente fueron del aeropuerto para el terreno.
Ante todo reconocemos el esfuerzo que hizo la dirección del INDER para que Cuba pudiera participar en la Copa Mundial, pero creo que el Softbol se ha ganado un poco más de apoyo.
En esta actuación, independientemente que lo fundamental es el colectivo, resultó clave Alain Román, que una vez más demostró que está entre los mejores lanzadores del mundo. “Demostramos de que estamos hechos los cubanos, a pesar de las limitaciones. Cada vez que nos ponemos esas “cuatro letras” en el pecho nos transformamos y salimos a darlo todo en el terreno”.
Alain se presentó en excelente forma física, pues inició 7 de los 8 juegos de la selección, además fue el pitcher que más inning trabajó en Auckland. “Cuando uno se prepara bien salen los resultados, el lanzador de Softbol puede lanzar todos los días. Vimos por ejemplo que Argentina tiene un gran nivel en este departamento y utiliza a su principal figura todos los días. Me tocó ese rol y lo disfruté mucho. Creo que fue fundamental mi estancia en Guatemala, Honduras y México. Quería un resultado mejor en este Mundial, pero para eso hay muchos factores que tienen unirse. Hubo garra, derroche de coraje, creo que lo que hicimos fue una hazaña”.
Los habitantes de la lejana Nueva Zelanda y los conjuntos rivales, les profesaron un gran respeto a los jugadores cubanos. “Que alegría llegar a un terreno y que te saluden, te pidan una foto o un autógrafo, que te digan que grande ese equipo de Cuba. Creo que lo fundamental que lo dimos todo por la victoria”.
El principal jugador de la selección nuestra de Softbol, Alain Román, considera que con un poco más apoyo, este equipo era capaz de conseguir una medalla. “Falta apoyo, con el mismo amor con el que nosotros defendemos los colores de nuestra bandera, necesitamos que se desvivan por este deporte. Muchos nos dijeron que estuvimos cerca de las medallas, y eso nosotros lo sabemos. Para estar en el podio en un Mundial, hay muchas cosas que necesitamos. El tema del estudio de los rivales, tener un sicólogo, poder rozar más con esos equipos, por solo mencionar algunos aspectos”.
Para muchos el Softbol merecía ser el deporte colectivo del año en Cuba. Alain Román espera que al menos se reconozcan los resultados que ha tenido esta disciplina en la premiación de los atletas más destacados del 2022. “Nadie se imagina cómo anda esta disciplina en el mundo y en América, ahora los cinco mejores en Nueva Zelanda son de nuestro continente. Sueño con que el Softbol se reconozca, porque nos enfrentamos a un escenario muy complejo. Bajarse de un avión y enfrentar a los campeones mundiales, es imposible vencerlos. Si un deporte ha hecho más con menos, es este”.
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