Al fin llegó la lluvia

Luego de esperarla con ansias por algún tiempo al fin llegó, este año, para los cubanos la lluvia; la parte oriental fue primera seguida del centro y el occidente.

Nadie dude de la alegría que se sintió al verla caer. Esta vez fue en junio y no en mayo como es la costumbre; estamos en verano y las temperaturas son altas, no obstante, luego de los aguaceros las noches serán más frescas y se dormirá mucho mejor.

En el país la temporada de lluvias va desde mayo hasta octubre; existe la creencia popular de que quien se bañe en el primer aguacero del quinto mes del año se pondrá bonito; en este tiempo la humedad aumenta y las temperaturas también; rondarán los 22 grados centígrados la mínima y 31 la máxima.

En el caso de los niños se les ve felices y complacidos cuando juegan bajo la lluvia que les brinda un placer especial.

Muchas personas la recogen en depósitos cuando se trata de grandes aguaceros; sus posteriores usos tienen que ver con el aseo personal y múltiples usos en los hogares.

Entre las ventajas evidentes de las lluvias están recargar las cuencas de los ríos, embalses y acuíferos, generar energía y hacer que el suelo esté húmedo y sobre él aparezcan un gran número de especies vegetales; además, el agua de lluvia genera una serie de beneficios sobre el cuerpo inimaginables.

“Uno de estos es que mejora la hidratación de la piel, ya que el agua que cae de la atmósfera es completamente pura con una baja concentración de sales, y está libre de cloro y otros componentes químicos, lo que la hace ideal para limpiar la piel; también evitará la sequedad que provocan los días de frío y viento, o los de calor extremo” -afirman conocedores del tema-.

Puede parecer molesto, pero pasear bajo la lluvia sin protección provoca que el cabello se moje con agua de elevada calidad, ello ayuda a eliminar sustancias tóxicas que a lo largo del día quedan en el pelo; además hace que crezca más fuerte y suave.

Al llover se eliminan del aire un gran número de sustancias tóxicas que están en suspensión, y al mejorar la calidad del aire, tendrá óptima calidad la salud, ya que respiramos un aire más puro y eso nos permite no tener infecciones en las vías respiratorias.

Se conoce que en las grandes ciudades se llega a altos niveles de contaminación y se observan nubes de sustancias contaminantes, que hasta impiden la visión; todo ello desaparece en época de lluvias.

Está demostrado que tras una fuerte lluvia el ambiente deja de estar cargado; al reducirse toda la carga negativa en el aire, además de respirar un aire de mejor calidad eliminamos tensiones, dolores de cabeza, malestar y cansancio, es normal sentirse relajado y con más ánimos debido a este efecto.

El agua de lluvia no contiene cal ni minerales y por lo tanto es recomendable para bañarse e incluso lavar  la cabeza y la ropa.

Las plantas también agradecen el agua; a los pocos días de las precipitaciones se aprecia su lozanía y verdor, así como, la aparición de retoños que las fortalecen.

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