Londres- El agujero de la capa de ozono sobre la Antártida se hizo más grande y más delgado durante la mayor parte de la primavera, según una nueva investigación.
A pesar de haberse recuperado en área y profundidad desde la década de 2000, dicha zona aumentó en los últimos cuatro años, señaló el estudio publicado en la revista Nature Communications.
«Encontramos que la concentración de ozono en el centro del agujero se redujo, lo cual significa que la capa de ozono se adelgazó notablemente», dijo a la revista Down To Earth Hannah Kessenich, autora principal de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda.
Dicho agujero es una región de ozono excepcionalmente empobrecido en la estratosfera sobre la Antártida y ocurre al comienzo de la primavera del hemisferio sur, de agosto a octubre.
La referida capa protectora de la vida en la Tierra está en camino de recuperarse dentro de cuatro décadas, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Pero, entre 2020 y 2022, el agujero se hizo notablemente grande y según la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos, mostró del 7 de septiembre al 13 de octubre una superficie media de 23,1 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de América del Norte.
Pero esta no es la única preocupación, pues la capa de ozono sobre la Antártida está intrínsecamente ligada al clima y la dinámica del hemisferio sur, señalan los expertos.
Un grupo de investigadores analizó los cambios mensuales y diarios del ozono en diferentes altitudes y latitudes dentro del agujero sobre la Antártica, de 2004 a 2022.
Los estudiosos observaron una reducción del 26 por ciento en el núcleo entre 2004 y 2022.
Ello se produce a pesar del Protocolo de Montreal de 1987 sobre sustancias que agotan la capa de ozono.
Igualmente, las condiciones meteorológicas podrían haber impulsado en gran medida las fluctuaciones en el tamaño del agujero en la Antártida, de 2019 a 2021, dijo el Pnuma.
Otros factores como la temperatura primaveral y los patrones del viento, los aerosoles de los incendios forestales y las erupciones volcánicas, así como los cambios en el ciclo solar, también podrían ser responsables.
(Fuente: Prensa Latina)