¿Ácido fólico en la tercera edad?

Para aquellos que todavía no lo sepan, el ácido fólico es un tipo de vitamina B, más concretamente la vitamina B9, uno de los nutrientes esenciales para el organismo.

Su presencia resulta fundamental para la formación de ADN y ARN o ácido ribonucleico, los responsables de proteger y trasladar la información genética a las células y permitir la regeneración de los tejidos.

Además, contribuye en la formación de glóbulos rojos y la producción de nuevas proteínas, ayuda a prevenir la hipertensión y reduce el riesgo de sufrir algunos tipos de cáncer, como el de colon o el de útero

No obstante, dos sectores muy concretos de la población requieren una dosis adecuada de dicho compuesto: las mujeres embarazadas y la tercera edad. En el primer caso, impide que el bebé nazca con defectos graves en el tubo neural, En el caso de las personas  de 60,70, 80 y más años es  bueno para la memoria y la prevención de enfermedades mentales.

Un estudio realizado por un grupo de investigadores holandeses asegura que el consumo habitual de este nutriente puede mejorar la función congnitiva del cerebro y, por tanto, aspectos básicos como el procesamiento de la información, que se pueden ver deteriorados con el paso del tiempo. Asimismo, los expertos también se refieren a su capacidad para impedir la pérdida de audición, la aparición de enfermedades cardiovasculares o que afectan a la visión. Bajo esta premisa, existe un grupo de alimentos que lo contienen.

Si lo adecuado para los adultos sanos es una dosis diaria de entre 100 y 300 microgramos, los mayores deben ampliar dicha cantidad a 400 microgramos de ácido fólico al día.

“Demostramos que la ingesta de suplementos de ácido fólico durante tres años mejora el desempeño en pruebas que miden la velocidad de procesamiento de la información y la memoria, funciones que se sabe que decaen con la edad», ha señalado la Dra. Jane Durga, del Wageningen Centre for Food Sciences, en Holanda.

Las funciones que disminuyen con la edad más frecuentemente son aquellas en las que vemos que los suplementos de ácido fólico tienen un efecto positive, afirma.

La mejor vitamina que cubre muchos aspectos relacionados con la salud del cerebro es la vitamina B según consideraciones de Uma Naidoo psiquiatra de la Universidad de Harvard.

La vitamina B-1, llamada tiamina, ayuda con las funciones celulares básicas y al metabolismo de diferentes nutrientes para ayudarnos a obtener energía.

La vitamina B-12, o cobalamina, es esencial para la formación de glóbulos rojos y el ADN, pero también apoya al sistema nervioso, el desarrollo y la función cerebral. B2(riboflavina). Produce energía y descompone grasas y materiales externos como medicamentos, B3(niacina). Trabaja con encimas para producir colesterol y grasa necesarios para el cuerpo. También es un antioxidante

. B5 (ácido pantoténico):ayuda a las enzimas a construir y descomponer los ácidos grasos para obtener energía y la B9, el ácido fólico.Este ayuda con la función óptima de los neurotransmisores y la salud cerebral. Colabora en la formación del ADN y favorece la desintoxicación celular.Un nivel bajo de ácido fólico está asociado con un estado de ánimo bajo.

Según señalan los expertos, los ingredientes que se  deben incluir en la dieta para disfrutar de las ventajas de dicho nutriente son, especialmente, las legumbres y los vegetales de hoja verde, como las espinacas,  las acelgas, al igual que las almendras, la avena y el aguacate. En cuanto a los productos de origen animal, el hígado, la yema de los huevos y algunos tipos de queso también lo incluyen en su composición.

Por todos sus aportes a la salud humana especialmente  en  algunas funciones esenciales del cerebro,  ingerir  ácido fólico debe constituir una prioridad.

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