Manzanillo, Granma.- Llegar hasta la comunidad de Bayate, un caserío “sembrado” en medio del monte, rumbo a la Sierra Maestra, el mayor macizo montañoso de Cuba, implica vencer 30 kilómetros hasta Cayo Espino y de ahí, en dirección derecha otros once.
Descrito así parece fácil, pero al objetivo hay que agregarle las limitaciones del transporte y un camino escarpado, más en tiempos de torrenciales aguaceros, que están a la vuelta de unos días.
Sin embargo, para el joven manzanillero Luis Alberto Atencio Montero nada de lo anterior se compara con la satisfacción de velar por la vida de los vecinos de aquel caserío, donde hace 128 años el patricio Bartolomé Masó reinició las luchas por la independencia de Cuba.
Luis Alberto, de 29 años de edad, es desde hace casi par de almanaques, el médico que labora en el consultorio # 9 de esa área, perteneciente al policlínico 5 Hermanos Labrada, del costero municipio de Manzanillo, de la oriental provincia de Granma.
“Las personas son muy bondadosas, humildes y sencillas, sobre todo. Me encantó el recibimiento que me dieron aquí. La máxima problemática es cuando llueve, que los caminos se complican por el fango.
“Hipertensión arterial y la diabetes mellitus son las principales enfermedades crónicas que más están presentes, pero hoy las tenemos controladas. Atendemos a dos lactantes y en este minuto no existen embarazadas. Sí, la población es muy envejecida: tenemos casi un centenar de adultos mayores. La instalación abarca esta zona, más Limones Arriba y Limones Abajo. Implica mucho sacrificio, pero es soy feliz con lo que hago.”
– ¿Qué mensaje le enviarías a los jóvenes que como tu laboran en las comunidades intrincadas de Cuba?
– “Que seamos consecuentes con el juramento que hicimos de velar por el bienestar de los pacientes, sin reparar en los escenarios porque para esos nos formamos. Tenemos que convertirnos en las familias de los comunitarios, que nos vean como uno más de ellos, como el médico de cabecera al que acuden no solo por un tratamiento, también para algún que otro consejo.”
En el encargo de atender la salud de las más de 500 personas que viven en la comunidad rural de Bayate, el médico manzanillero Luis Alberto Atencio Montero posee tres imprescindibles sostenes.
Son las enfermeras Yanelis Rivero Sánchez, Isblanis Milanés Toledano y Dorelmis Toledano Toledano.
Yanelis, “seño” titular del consultorio desde hace 10 años, comenta al periodista que las principales tareas las dirigen a la promoción y prevención en salud.
“Los accidentes en el hogar, fundamentalmente los que implican a los niños y los adultos mayores; las orientaciones sobre las arbovirosis para prevenirlas, así como las charlas educativas en las escuelas sobre todo las lesiones no intencionales. Somos las manos derecha del doctor.”
Llegar hasta la comunidad rural de Bayate no es una tarea fácil, pero el joven médico manzanillero Luis Alberto Atencio Montero y las enfermeras Yanelis, Isblanis y Dorelmis demuestran lo contrario.
El cuarteto de profesionales de la medicina tiene un desafío común: cuidar de los residentes en ese histórico paraje de la provincia de Granma, sin reparar en distancias porque la salud y la sonrisa de las personas es lo más importante.
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