Estados Unidos dio un paso hacia la imposición de aranceles a productos farmacéuticos y tecnológicos, algo que intensifica la incertidumbre económica global en una disputa comercial que, según el presidente chino Xi Jinping, «no tendrá vencedores».

Tras semanas de especulaciones, el secretario de Comercio estadounidense Howard Lutnick oficializó investigaciones sobre las importaciones de medicamentos y sobre semiconductores y equipos para fabricar chips, alegando motivos de «seguridad nacional».

De manera casi simultánea, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, destacó los avances en negociaciones bilaterales para cerrar acuerdos comerciales, aunque proporcionó pocos detalles.

Respecto a China, indicó que existe la posibilidad de alcanzar un importante acuerdo, pero evitó hablar sobre plazos o probabilidades. Las conversaciones con Vietnam ya comenzaron, mientras que con Japón se iniciarán el miércoles, seguidas de Corea del Sur la próxima semana, según comentó Bloomberg TV.
El presidente Donald Trump se mantiene firme en que los aranceles reactivarán la producción manufacturera crítica, y el portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, expresó el lunes a la agencia AFP que “toda la administración está comprometida a trabajar en el Tiempo Trump”, aparentemente refiriéndose a proceder de manera rápida.

Por ejemplo, los gravámenes estadounidenses impuestos a China este año aumenten al 145 por ciento. El viernes pasado, funcionarios estadounidenses anunciaron exenciones de los últimos aranceles contra China y otros países para una variedad de productos tecnológicos de alta gama, como teléfonos inteligentes, semiconductores y computadoras.
Los aranceles
Inicialmente, el 2 de abril, Trump propuso aranceles significativos a nivel mundial. Una semana después, ajustó su postura, al limitar los impuestos más altos a China, mientras que otros países enfrentarían un arancel global del 10% durante 90 días.
Esta situación ha intensificado los temores de una recesión económica, con la caída del dólar y la venta masiva de bonos del gobierno estadounidense, que han sido tradicionalmente considerados inversiones seguras. Sin embargo, no es difícil suponer que cualquier alivio económico podría ser de corta duración.