Una nueva arremetida del Gobierno Norteamericano se ha anunciado otra vez contra lo más sensible del alma de nuestro pueblo: las Misiones Médicas cubanas solidarias en el mundo.

En un nuevo ataque, Estados Unidos anunció la decisión de suspender visados asociados a acuerdos de cooperación médica internacional de la isla, con el oprobioso y falso argumento de que es un “trabajo forzoso de una mano de obra barata y esclava”, y en consecuencia, el Departamento de Estado ha anunciado la restricción de visas a funcionarios actuales o anteriores del Gobierno cubano, y a otras personas, incluidos funcionarios de gobiernos extranjeros, que se cree son responsables o están involucrados en este programa.

La realidad, sin embargo, la conoce muy bien el mundo. Los hombres y mujeres de batas blancas de la Mayor de las Antillas son heraldos del amor, de la esperanza, la solidaridad.
Miles de ellos por más de veinte años han estado en Venezuela, y llevan sobre sus hombros la enorme responsabilidad de salvar vidas.

La Doctora Beatriz Rodríguez Plasencia, especialista en Medicina General Integral, Jefa del Centro de Diagnóstico Integral (CDI) en la ciudad Fuerte Tiuna, Caracas, lo asegura con su testimonio.
Según esta experta “diariamente recibimos muestras de cariño, agradecimiento, es muy lindo el trabajo con la población, trabajo con un equipo muy unido que sabe qué hacer y cómo hacerlo, es la clave del éxito”.
La podóloga Claudia Rubiera del CDI Amelia Blanco en el Distrito Capital, tiene su historia, y se siente una joven profesional realizada por servir a un pueblo hermano.

“Ha sido un gran aporte que mi país mande médicos cubanos como internacionalistas, quienes estamos repartidos en muchos países del mundo para mejorar el sistema de salud de los pueblos, como podóloga es muy buena esta especialidad, sobre todo para cuidar las extremidades inferiores de los pacientes diabéticos; ha sido una gran experiencia para mí, y estoy agradecida a mi país que me haya dado esta oportunidad de venir hasta Venezuela”, confesó Claudia.
El Doctor Yoan Miguel Mayo Liceo, especialista en primer grado en Medicina General Integral y profesor instructor forma nuevas generaciones de profesionales de la salud en la hermana nación.
“Ha sido muy lindo, yo a mi corta edad llegué como profesor a formar docentes, nuevos profesionales, pero también contribuí a la superación profesional del claustro, sin dudas, un reto grande, formar esa nueva hornada de personal de la salud ha sido una hermosa experiencia”.

El Doctor Jorge Luis Jardi Borboña, en Amazonas está orgulloso de tender sus manos a una población indígena que hoy le agradece tanto amor y en sus palabras nos dice “y cuando uno se acerca a la cultura de ellos uno siente su calor, atendemos a la población como una familia más”.
Y añadió: “Cuando vuelva a la patria me llevo la satisfacción de haber aportado mi grano de arena al proceso internacionalista de la Revolución, y contaré esas historias a mi regreso; al pueblo venezolano les digo que los cubanos estamos a la orden, mantendremos la ética profesional y seguiremos creciendo como personas y como profesionales”.

Así piensa también la joven Doctora Giannelis Hernández González, con Diplomado en Oftalmología, quien presta servicios en el estado Guárico y jamás olvidará como ha podido devolver la luz en los ojos de sus pacientes, pues según nos cuenta que “luego de la cirugía y constatar que el paciente puede ver es muy emocionante, aprecio su felicidad reflejada y me siento orgullosa de ser cubana y de representar a mi país en esta tierra”.
Yanitza Leyva Serrano, planificadora de la Misión Médica en el Distrito Capital, sabe muy bien la obra de amor que ella y sus colegas representan, en su criterio “Cuba es un país que se caracteriza por la solidaridad, muestra de ello es la misión médica cubana que da amor, que da salud y da vida a todos los que lo necesiten en cualquier parte del mundo”.

Pero son también los colegas venezolanos quienes sienten que en este intercambio de conocimientos hay muchas razones para continuar una colaboración hermosa.
El Doctor Luis Fernando Ojeda Arenas, director del Centro Nacional de Ozonoterapia y la Licenciada Mary Núñez, quien labora en la institución, sonríen cuando hablan de su labor junto a los profesionales cubanos.
“Estoy muy agradecido con la colaboración y el intercambio científico con los cubanos, he tenido el privilegio de estudiar en Cuba en dos oportunidades en el Hospital Hermanos Ameijeiras, ese intercambio es bidireccional, hemos consolidado criterios, para que el programa, como el Centro Científico y la Ozonoterapia estén en el lugar donde están”, significó el Doctor Ojeda.

Entretanto, Mary subrayó “Me han enseñado mucho, son muy cariñosos, muy profesionales, nos enseñan mucho y los pacientes siempre quieren atenderse con los cubanos”.
Con mucha emoción la doctora Nélare Bermúdez Pérez, autoridad de salud en la Guaira dice que se formó en Cuba. Compartir con sus colegas cubanos en cada rincón de ese estado es su mayor satisfacción, y se toca el pecho cuando habla de la isla.
En ese sentido relató que se han logrado “mejorar los indicadores de salud gracias a esos conocimientos que nos ha aportado la medicina cubana, no solo son los médicos, sino también otros técnicos, somos una familia, los colaboradores son hermanos, es un personal con sensibilidad, entrega, cuando hablo de Cuba se me salen las lágrimas porque Cuba está aquí en mi corazón”.

Pero son los pacientes, esos que se han recuperado gracias a manos salvadoras de profesionales cubanos, quienes tienen la última palabra sobre esta colaboración entre dos países hermanos.
Todos destacan en cualquier institución el cuidado, el cariño, la atención del personal médico que sigue ganando prestigio en esta nación.
Nuestras Misiones Médicas, lo que el Gobierno Norteamericano considera falsamente como “programa de exportación de mano de obra cubana”, es en realidad una muestra del alma de Cuba, que en medio de difíciles condiciones materiales lleva un ejército de batas blancas a todas partes, no para promover guerras, sino para llevar salud, sonrisas y agradecimientos, y salvaguardar el derecho más sagrado: la vida de millones de seres humanos en el mundo.
Detalles en la propuesta radial.
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