Cuando las personas disfrutan de sus derechos individuales y sociales se sienten libres, y capaces de alcanzar sus proyectos por más complejos que sean.
De ahí que el día que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 10 de diciembre, en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos se diera un paso a favor de la vida.
Se trata de un documento que marca un hito en la historia de los derechos humanos. Elaborada por representantes de todas las regiones del mundo con diferentes antecedentes jurídicos y culturales,
La Declaración establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero y ha sido traducida a más de 500 idiomas.
El documento pretende impedir que los horrores cometidos en la Segunda Guerra Mundial (secuestros, torturas, persecuciones y asesinatos masivos) se reproduzcan.
A partir de este principio, el 10 de diciembre de 1948, los países fundadores de la Organización la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, documento que se asienta en principios y garantías fundamentales, y derechos inalienables de todas las personas que habitan este mundo.
Según un sitio web que profundiza en el tema: consagrar la dignidad plena del hombre es uno de los objetivos de los derechos humanos en Cuba en medio de los grandes desafíos que enfrenta el Planeta como son el incremento de la desigualdad y la pobreza, a causa del injusto orden internacional; el aumento de los efectos del cambio climático, que compromete la vida de las generaciones presentes y futuras; la proliferación del odio, la xenofobia y la intolerancia contra las minorías.
Señala también que frente al bloqueo impuesto por el Gobierno de Estados Unidos, que viola los derechos humanos de todo un pueblo, Cuba continúa ofreciendo su cooperación solidaria a nivel internacional e inmersa en la construcción de una sociedad cada vez más justa, libre, democrática, solidaria, próspera y sostenible, guiada por el ideal de José Martí:
Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.
Y también aquella frase de Fidel del 21 de enero de 1959:
La Revolución Cubana se puede sintetizar como una aspiración de justicia social dentro de la más plena libertad y el más absoluto respeto a los derechos humanos» Cuba y su compromiso con la normativa internacional de Derechos Humanos.
Cuba tiene una amplia cooperación con todos los mecanismos de derechos humanos que se aplican sobre bases universales y no discriminatorias.
Señalan otras fuentes que el país cumple los compromisos y obligaciones internacionales adquiridos en virtud de tratados internacionales de derechos humanos. Como ya se señaló, es Estado Parte en 44 de estos instrumentos. Desde 1991 Cuba tiene esa condición de la Convención sobre los Derechos del Niño.
La Constitución de la República reconoce la igualdad de todos los ciudadanos y la prohibición de la discriminación. El Código Penal sanciona todo tipo de discriminación.
Cuba ha alcanzado logros relevantes en la atención y desarrollo de la infancia y la adolescencia, reconocidos a nivel internacional, incluidas las Agencias, Fondos y Programas de las Naciones Unidas que atienden temas del ámbito social.
La isla fortalece su sistema de salud, con cobertura universal y asistencia gratuita. Es el país mejor dotado en el número de médicos por habitantes, según la Organización Mundial de la Salud.
Según el informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo 2015 (EPT), elaborado por la UNESCO, Cuba es el único país de América Latina y el Caribe que logró cumplir la totalidad de los objetivos globales de la Educación para Todos en el período 2000–2015, meta alcanzada apenas por un tercio de las naciones del orbe. Dicho informe reconoció a Cuba como un país con un desarrollo educacional alto, y la ubica en el lugar 28 en el mundo en su Índice de Desarrollo de la Educación para Todos (IDE).
El concepto de Derechos Humanos hace referencia al sentido de la dignidad humana antes que a cualquier formulación étnica, cultural, jurídica o política, ya que se sostiene en dos pilares esenciales de la humanidad: la libertad y la plena igualdad entre todas las personas.