A la Universidad de La Habana llegó en la tarde de este 27 de noviembre el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para encabezar la tradicional marcha hasta la explanada de la Punta, como homenaje a los ocho estudiantes de Medicina fusilados vilmente por el colonialismo español, hace 153 años, a pesar de su inocencia.
Antes de iniciar la peregrinación, Ricardo Rodríguez González, presidente nacional de la Federación Estudiantil Universitaria, recordó el horrendo crimen cometido contra los ocho alumnos que se formaban como médicos.
El líder estudiantil aseguró que su memoria permanecerá intacta en sucesivas generaciones de jóvenes cubanos; y ratificó el compromiso de la juventud de la isla caribeña con las causas justas del mundo. Al finalizar su discurso, convocó a marchar «por la justicia y por la defensa permanente de nuestra Patria digna».
El mandatario cubano encabezó el recorrido de unos tres kilómetros, desde la colina universitaria hasta Prado y Malecón. Lo acompañaron el miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central, Roberto Morales Ojeda; y la primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, Meyvis Estévez Echevarría, junto a dirigentes del Partido, el Gobierno y las organizaciones estudiantiles.
Cientos de personas, a ambos lados de la calle San Lázaro, saludaban a los participantes en la caminata, quienes al llegar a la céntrica Belascoaín, giraron a la izquierda para recorrer la avenida del Malecón y llegar a La Punta, muy cerca del Castillo de los Tres Reyes del Morro.
Desde los balcones de los edificios, durante toda la peregrinación, los vecinos acompañaron este momento de reafirmación popular con la defensa de la memoria histórica de la Patria.
Consignas cargadas de patriotismo, banderas y los más emblemáticos himnos que han acompañado nuestras tradiciones de lucha, interpretados por la Banda de Música del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias marcaron el recorrido, junto a la inmensa bandera de la estrella solitaria, escoltada por estudiantes de Medicina, futuros profesionales de los servicios médicos de las FAR.
Al llegar al Monumento, en el sitio donde fueron fusilados los ocho estudiantes de Medicina, se hizo el pase de lista simbólico que recordó a cada joven asesinado aquel 27 de noviembre. En honor de cada uno de ellos se colocó una ofrenda, y otra también para Fermín Valdés Domínguez, quien tanto batalló, durante años, hasta demostrar la inocencia de sus compañeros.
Díaz-Canel, junto a las autoridades que participaron en el homenaje, rindió tributo a los jóvenes asesinados hace 153 años, mientras una marea inmensa de pueblo seguía llegando a la explanada para homenajear a sus mártires.
Casi dos siglos después del vil asesinato que conmovió al país, el 27 de noviembre de 1871, aún estremece imaginar el horrendo crimen de los muchachos, por la falsa acusación de un hecho que no cometieron.
Anacleto Bermúdez, Carlos Augusto de la Torre, Eladio González, Carlos Verdugo, Pascual Rodríguez, Ángel Laborde, José de Marcos Medina y Alonso Álvarez de la Campa viven en cada joven que, en cualquier rincón de Cuba, pudo hacer realidad sus sueños.
«Ni olvidados, ni muertos», es una exclamación que se escucha durante toda la marcha; mientras una joven de bata blanca levanta un cartel donde estremecen los versos de Martí: « ¡Empieza, al fin, con el morir, la vida!».
Después de la guardia de honor de Díaz-Canel y los demás compañeros -ante las ofrendas florales- sigue llegando el pueblo, y con ellos, su juventud. Nuevamente, en otro 27 de noviembre repleto de desafíos, se evoca la inocencia de aquellos que murieron «en brazos de la Patria agradecida».
Detalles en la propuesta radial.