Continuando con los valores simbólicos que representa para nosotros los cubanos la figura de Carlos Manuel de Céspedes, en muchos de nuestros pueblos y ciudades, al término de la guerra por la independencia, se cambiaron los nombres de muchas calles, de esta forma se eliminaban los referentes coloniales y se resaltaban los valores del independentismo.
Entonces, el nombre de Céspedes figuró entre los más recurrentes. En Manzanillo, por ejemplo, el Parque Central de esa localidad fue rebautizado con el nombre de Carlos Manuel de Céspedes el 21 de diciembre de 1898.
En los inicios de la era republicana, el 10 de octubre de 1902, se aprobó una ley que declaró fiesta nacional ese día, hecho que ratificó el alto valor simbólico del insigne patriota.
En el año 1958, cuando Raúl Castro fundó el Segundo Frente Oriental Frank País, le informó a Fidel de su paso por San Lorenzo, (según dijo), “donde cayera el Padre de la Patria”.
El lugar donde fue depuesto Céspedes en 1873, Bijagual, está ocupado actualmente por las aguas de la presa que lleva por nombre Carlos Manuel de Céspedes.
Para los cubanos, aquel terrateniente, abogado, culto, elegante, volcánico, singular, hombre de mármol, es sobre todo el Padre de la Patria, símbolo de Cuba y los cubanos.
Recuerda que estamos en la marcha junto a los grandes de nuestra historia.