Cuenta nuestra historia que en 1899, cuando había terminado la dominación española y Cuba estaba ocupada militarmente por Estados Unidos, se bajó la estatua de Isabel II que estaba situada en el centro del Parque Central de La Habana y el semanario ilustrado El Fígaro realizó una encuesta, inicialmente dirigida a personalidades, acerca de qué estatua debía sustituirla.
El resultado arrojó una gran diversidad de propuestas, pero los más nombrados entonces fueron, en primer lugar Martí, y después, Carlos Manuel de Céspedes.
Un dato curioso nos dice que otra de las figuras propuestas fue Salvador Cisneros Betancourt, uno de los grandes antagonistas que tuvo Céspedes en cuanto al modo de dirigir la guerra.
Salvador Cisneros Betancourt lo sustituyó como Presidente interino cuando Céspedes fue depuesto de su cargo como presidente, no obstante votó junto a otros por la estatua de Céspedes en el Parque Central con un lema que acompañaría el monumento: “Constitución, Destitución, Obediencia. Era el primero en todo lo grande”.
Recuerda que estamos en la marcha junto a los grandes de nuestra historia.
No te quedes, ven con nosotros…
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