Si en tiempos difíciles, donde los hombres y mujeres se prueban, el cumplimiento diario del deber es igual a defender nuestro patriotismo y a Cuba, cabría afirmar que cada día perdido sin aportar o avanzar un poquito más en aras de tributar a la nación, sería como permanecer inertes y de brazos cruzados.
Las más recientes sesiones del Octavo Pleno del Comité Central del Partido demostraron como dijera nuestro Presidente durante la clausura de la reunión que «la convocatoria ahora es salir al combate, como sabemos hacerlo, como tantas veces en la historia lo hemos hecho, y convertir en hechos palpables y en resultados lo que aquí hemos analizado».
Lo que también resumió en que «hay que actuar y consolidar soluciones que nos aporten resultados en la superación de los complejos problemas que enfrentamos hoy día».
El Partido como alma y escudo de la nación, analizó profunda y críticamente temas que transversalmente detienen el avance del país y rozan la piel de cada cubano, en los que el desempeño de lo subjetivo entendido como falta de rigor, disciplina e exigencia, y sistematicidad y control provocan graves consecuencias que impactan en lo ético y lo moral, y por supuesto remueven valores y también crean ambientes políticos que no se corresponden con el proyecto de construcción socialista que desarrollamos.
Hay que empezar por los núcleos del Partido y evaluar cómo cada organización de base está enfrentando, fiscalizando y exigiendo el cumplimiento de las responsabilidades y misiones donde están ubicadas.
Desde las propias rendiciones de cuenta administrativas, lejos de formalismo, con profundidad y transparencia hasta el análisis sistemático no solo entre militantes del Partido sino además junto al resto de los trabajadores de los asuntos que frenan la producción, retardan el desarrollo y las claves que pueden potenciar la eficiencia, incluso las fisuras que pueden generar delito, ilegalidades o hechos de corrupción que, si se alertan o atajan a tiempo, no dejan las profundas cicatrices que provocan en el colectivo con consecuencias para la sociedad.
No por gusto este tema, más el de la producción de alimentos, formaron parte de la agenda de análisis del Octavo Pleno del Partido. Si una empresa agroindustrial trabaja mal o su funcionamiento es inadecuado, ahí existen militantes del Partido y la UJC que no debieran dejar pasar por alto estos hechos, desde el análisis oportuno y la rendición de cuenta de quienes tienen la responsabilidad de tributar al buen funcionamiento de una entidad, más aún cuando se trata de producir alimentos para incrementar la oferta y reducir el elevado índice de inflación en el país.
Así sucede también ante deficiencias que se miran de forma contemplativa y no se alertan, combaten o se denuncian; en la necesidad de ser más enérgicos en nuestros barrios en el control popular a los precios, el enfrentamiento a manifestaciones de indisciplina social, vulgaridad e indecencia.
Defender Cuba pasa por saber qué lugar y papel debemos desempeñar para propiciar que las cosas anden mejor, porque nada nos puede resultar ajeno.
¿Por qué si unos pueden, otros no? ¿por qué si hay experiencias positivas que han resuelto problemas, otros no resultan proactivos en su funcionamiento o toman lo bueno para cambiar o transformar el estado de cosas que les rodea?
Sí se puede, aun con las dificultades que conocemos, pero debemos halar parejo, fuerte, creativamente y con mucho sentido de pertenencia para defender la Patria, eso también representa ser patriotas.