La Habana-. Amplio, participativo y aportador fue el debate del VIII Pleno del Comité Central del Partido que durante dos días sesionó en La Habana. Así lo calificó su Primer Secretario y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al resumir las jornadas que discutieron temas estratégicos de la vida política, económica y social del país.
«Pero, eso no es suficiente. Hay que actuar y consolidar soluciones que nos aporten resultados en la superación de los problemas complejos que enfrentamos hoy en día», señaló Díaz-Canel.
En sus palabras, el Presidente evocó el pensamiento del líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro, quien nos recordaba que «los tiempos difíciles son la mejor medida de cada cual».
«Mirando la actual situación desde la profunda verdad que encierran esas palabras de Fidel, las dificultades cotidianas, tan enormes que a veces parecen insuperables, no son una desgracia. Son una prueba de nuestra capacidad para enfrentarlas y vencerlas», consideró el mandatario.
En ese sentido, aseveró que «cada jornada en la que logramos someter esas grandes dificultades con tesón, con esfuerzo, con creatividad, con talento, con unidad en los propósitos, en fin, cada día de la Revolución en el poder contra el plan genocida de su enemigo histórico, es un triunfo y es una victoria».
En su intervención, el mandatario ponderó que «esa es la experiencia de la Revolución cubana y la mejor expresión de su continuidad». «Así se va conformando una línea de acción que estamos convocados a someter constantemente a análisis para enriquecer, para corregir y también para desechar lo que fracasa», reflexionó Díaz-Canel.
El Jefe de Estado precisó que, por supuesto, «esa línea de acción no da soluciones mágicas, no impacta de inmediato, pero gradualmente va quitándole pedacitos a cada problema cuando cada uno de nosotros y cada una de nuestras instituciones hace lo que toca; desde un auténtico compromiso con el pueblo y con la enorme responsabilidad de preservar la Revolución, que es, sencillamente, preservar sus conquistas y seguir avanzando en el camino de perfeccionar la sociedad, trabajando sin descanso».
Todo ello debe acompañarse de una profunda autocrítica y la crítica constante a lo que hacemos mal o lo que no da los resultados esperados. Rompiendo inercias y rutinas. Desterrando el lamento quejoso que paraliza. El Partido y sus cuadros tienen la misión de estimular, inspirar, movilizar, comprometer a sus militantes y al pueblo, conscientes de que sólo triunfa el ideal que nos involucra a todos.
El Presidente cubano indicó que «toca a los cuadros políticos ir a la vanguardia, con el ejemplo como estandarte y la convicción profunda de que solo es posible avanzar trabajando duro, con inteligencia, con creatividad, conscientes de que en cada uno de nosotros están las potencialidades para crecer y superarnos».
El camino está claro: trabajar, producir, crear riqueza, distribuir con justicia social y retroalimentarnos en el heroísmo cotidiano del pueblo, abriendo espacios para que los jóvenes aporten con su participación activa, entusiasta y siempre revolucionaria en la búsqueda de cambiar todo lo que debe ser cambiado.
En el encuentro partidista realizado en el Palacio de la Revolución, el Jefe de Estado afirmó que «el país está lleno de colectivos de trabajadores que en las peores circunstancias están encontrando soluciones».
«Tomemos esas valiosas experiencias, que todavía son la excepción y convirtámoslas en regla. El país está lleno de personas que inspiran, de genios anónimos de la resistencia creativa, de mujeres y hombres imprescindibles, cuya ejemplar respuesta a las carencias debemos reconocer, estimular y multiplicar. No veo tarea más inspiradora para quienes sentimos en lo más hondo lo que significa representar al Partido Comunista de Cuba», resaltó el Primer Secretario de la organización.
En sus valoraciones y al plantear la pregunta: ¿qué debemos dejar claro en tiempos como estos?, el Jefe de Estado aseguró que, en primer lugar, «ratificamos la voluntad de avanzar en la construcción socialista. Eso significa defender, ante todo, los intereses y las necesidades del pueblo».
«La máxima consideración hacia él, la preocupación constante por el pueblo, y preservar las conquistas de la Revolución para ese pueblo», reiteró.
Para vencer los desafíos que el país enfrenta, Díaz-Canel dedicó varios minutos de su intervención a explicar las prioridades a las cuales, desde inicios del año, el Partido da sistemático seguimiento en los recorridos que se realizan mensualmente por todo el país. El primero de ellos, subrayó, es defender y fortalecer la unidad.
El Presidente cubano repasó los principales problemas que en el orden económico, social y político hoy la sociedad cubana debe resolver y donde el Partido juega un papel fundamental.
Se refirió, entre varios y cardinales temas, a la producción de alimentos; el acopio estatal y la comercialización; la política de precios; el ordenamiento del comercio interior; el proceso de bancarización; la transformación de las comunidades; la atención a los vulnerables; la relación entre los sectores estatal y no estatal; el enfrentamiento a la corrupción, el delito y las ilegalidades; y el cada vez más necesario empleo de la ciencia y la innovación en todos los ámbitos y procesos.
Han sido críticos los análisis de este VIII Pleno partidista, como deben serlo siempre que un militante comunista reflexiona y se expresa sobre los desafíos y posibles soluciones para su país.
Y más adelante, alertó : «Los tiempos no son ni de automplacencias, ni de inercias que no sepamos romper, nuestro pueblo reclama resultados y a ese pueblo nos debemos»
Finalizando su aportadora y reflexiva intervención, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República convocó a todos «a la rectificación como práctica permanente, a enfrentar con voluntad, esfuerzo e imaginación, las tendencias negativas que emergen como la mala hierba, en los momentos difíciles».
«Es esa la mejor respuesta a nuestro inmenso héroe de todos los días, nuestro pueblo», afirmó Díaz-Canel al clausurar el VIII Pleno del Comité Central del Partido.
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