Desde Villa Clara hasta Zulia, el amor

Son cubanas de estos tiempos, y aman su patria chica, allá en Cuba, en la provincia de Villa Clara, donde están sus raíces. 

Las Licenciadas en Enfermería, Aliuska Benavides Ruiz, intensivista, y Yoanka Hernández Sánchez,  emergencista,  con cerca de dos años de misión, hoy laboran y regalan amor y esperanza a sus pacientes en el Centro de Diagnóstico Integral “San José de la Sierrita”, en el municipio Mara, del Estado venezolano de Zulia, una institución muy próxima a la frontera con Colombia.

Ni las nostalgias por la familia, o la lejanía en que se encuentra el centro, han impedido que ellas se crezcan cada día para atender a una población humilde,  principalmente conformada por habitantes de comunidades indígenas que han aprendido hoy del cariño de los cubanos y las cubanas.

“Yo me siento muy contenta de estar en este CDI, porque soy útil y estoy ayudando al pueblo venezolano. He tenido grandes experiencias en la sala de terapia intensiva, donde he salvado vidas humanas y por supuesto, muy agradecida a la Misión Barrio Adentro que me ha permitido tender mis manos a estos hermanos y hermanas”, comenta Aliuska.

Entretanto, Yoanka respalda los criterios de su colega y ratifica que “ha sido una experiencia muy bonita, aquí vienen muchas personas accidentadas, sobre todo por accidentes por motos, y los hemos salvado, ver a esos pacientes que vuelven a su vida es algo muy grande, casi indescriptible”.

La Doctora Danay González Martín, es una joven estomatóloga con tres años de graduada. También es villaclareña, del municipio de Camajuaní, en la central provincia cubana.

Con esta misión, asegura, ha vencido retos, dice, pero también ha crecido porque “carecemos de recursos, hay escasez de insumos, pero no dejamos de prestar servicios a la población, brindamos atención a las urgencias con antibióticos, analgésicos, los niños te conocen y te saludan por las calles, todo ha sido muy bonito, y me lo llevo en el corazón”, insiste con la voz entrecortada.

Por eso Yoanka con casi 20 meses en esta, su segunda misión, Aliuska, con su juventud cargada de compromisos y la recién graduada Danay, hoy son felices y agradecen la posibilidad de servir a otro pueblo hermano, con lo cual han crecido no sólo como profesionales, sino como seres humanos.

“Tengo grandes experiencias, he trabajado con pacientes muy graves y que se recuperan, nos dan las gracias por nuestra atención, y eso nos conmueve”, asegura Aliuska.

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Por su parte, Danay es enfática, cuando nos confiesa que  “prácticamente recién graduada hace tres años, llegué a esta tierra y ha sido un cambio, un reto, no se compara nada con la vivencia de salir de tu país, estar en otro lugar, lejos de tu familia, pero nos acostumbramos y hemos vencido retos, jamás voy a olvidar mi paso por Venezuela”.

Y Danay concluye: “Aquí estamos luchando, cumpliendo con nuestro deber, sentimos mucho orgullo de lo que hacemos y sobre todo de nuestro pueblo”.

Por eso, cuando decimos adiós a los trabajadores del CDI “San José de La Sierrita”, reconocemos el prestigio de este colectivo, dentro del cual, tres mujeres, Yoanka, Aliuska y Danay, desde la provincia cubana de Villa Clara, hasta Zulia, en la frontera de Venezuela con Colombia, salvan el amor como clave para ser buenos profesionales y mejores habitantes de este mundo.

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