Cúpira, Miranda.- Si Arquímedes necesitaba una palanca para mover el mundo, a los médicos cubanos les basta el amor para vencer cualquier barrera. Así ocurre en el Centro de Diagnóstico Integral “Antonio Briones Montoto”, en el extremo oriental del estado venezolano de Miranda.
En la parroquia Cúpira, donde las montañas empiezan a dar paso al mar, 21 colaboradores cubanos ganan la batalla diaria por la salud de un pueblo humilde, que los prefiere por su trato cercano y la variedad de sus servicios.
Yaritza Torres García, coordinadora en funciones del CDI “Antonio Briones Montoto”, conocido como La Loma, en el municipio mirandino de Pedro Gual, explica que cuenta con servicios de Laboratorio Clínico, Ecografía, Rayos X, Terapia Intensiva y Emergencia, un Punto Odontológico y una Sala de Rehabilitación Integral.
“La gente humilde de la zona, que no puede pagar la atención en hospitales, ni los medicamentos, vienen a nosotros. Según dicen, lo hacen también por la buena atención que le brindamos. Agradecen el trabajo de los médicos y el cariño que les damos.”
Además de la esmerada atención a las necesidades de salud de la comunidad, la brigada cubana dedica esfuerzos a la formación de los futuros médicos de Cúpira y otras localidades aledañas.
“Tenemos 35 estudiantes, y desde el próximo 16 de enero, que comienza el nuevo curso, se incorporan otros. Vamos a contar con alumnos de todos los años del pregrado, además de 9 internos de Medicina General Integral”.
Si dudas, por estadísticas y por preferencias, el CDI de la Loma tiene bien ganado el amor de la comunidad a la que atiende. Con esa palanca, la del trabajo hecho de corazón, los médicos cubanos cumplen la hazaña de mover el mundo.
“Por mucho que estemos en una zona de difícil acceso, nos sentimos muy bien aquí, gracias al cariño y el apoyo de la gente”.
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