Yanelis y su hijo Juan Manuel se admiran mutuamente.
Juan Manuel la describe “como una luchadora, una trabajadora incansable, toda la vida se ha mantenido así, guiándonos por ese camino de entrega y laboriosidad, su sencillez, los valores éticos que tiene, sabe ser madre, a lo cual se consagra, además de cumplir sus responsabilidades, que eso es muy importante, tiene sabiduría, dedicación, amor”.
Entretanto Yanelis dibuja a sus retoños jóvenes con un orgullo indescriptible en su rostro, pero prefiere catalogarlos como “buenos seres humanos, sencillos, modestos, son personas muy nobles”, nos dice.
Como todas las madres del mundo, Yanelis Feria Osorio es sobreprotectora, aconseja, no pierde pie ni pisada a sus hijos porque quiere y ha luchado mucho para que sean personas de bien.
Hace 24 meses esta mujer, profesora del Centro Psicopedagógico de Holguín, dio un giro a su vida para cumplir misión internacionalista por segunda vez en Venezuela. Aquí labora como asesora docente en la Misión Médica Cubana, donde comparte en familia, porque en tierra bolivariana están su esposo y su hijo, el joven Doctor Juan Manuel Domínguez Feria, especialista en Medicina General Integral, quien labora en el Centro de Diagnóstico de la ciudad de Fuerte Tiuna en Caracas.
Para ella“Es una alegría tenerlo cerca, es su primera misión, se graduó hace pocos años, tenerlo aquí y acompañarlo en esta etapa de su existencia es enaltecedor y gratificante, porque yo he estado antes en esta nación hermana, y entonces le ayudo a conocer los hábitos y costumbres de los venezolanos, las esencias de la solidaridad, todos los días hablamos de cómo debe comportarse y actuar para ser mejor profesional”.
Por su parte, Juan Manuel confiesa que “es un privilegio tenerla acá conmigo, como ella tiene experiencia de una misión internacionalista anterior, me guía con las relaciones personales, la disciplina, eso me ha permitido trabajar mejor y con más seguridad en lo que hago”.
Cada día, después de despertar en los amaneceres caraqueños y de compartir el café en familia, Yanelis, su esposo y su hijo marchan al trabajo. Ella, a contribuir a la formación profesional de jóvenes venezolanos, Juan Manuel, con sus 27 años, con muchos sueños y una vida por delante, va hacia el consultorio para atender pacientes y salvar vidas.
Entretanto, quedan las nostalgias, porque en Cuba los espera Irma Claudia, la hija, la hermana amorosa, de 22 años, quien también estudia Medicina en la Universidad de Holguín. Por eso Yanelis se refiere también a sus nostalgias.
“Añoramos estar con ella, tenemos a Juan Manuel aquí, pero nuestra hija está en Cuba, desde aquí la orientamos, y eso es un reto, tenemos que estar en los dos lugares, le damos ánimo a ella, que está sola en nuestro país, estudiando, porque es difícil, y se tiene que crecer en estas circunstancias”, confiesa.
Yanelis es una madre que cada instante de su vida conduce a sus hijos por el camino del bien, dice Juan Manuel porque “constantemente está guiándote, a veces es quisquillosa, eso es verdad (sonríe con picardía) y uno siente que ya es mayor para tanta protección, pero al final te das cuenta que siempre tiene la razón, como madre ayuda a tomar las mejores decisiones, y esa guía que te proporciona es lo mejor que te puede pasar en la vida, en fin, tenerla a tu lado es un privilegio”.
Yanelis se suma a la conversación para dar sus puntos de vista“es que, como toda madre, uno siente orgullo de ver a sus hijos profesionales, y nos enorgullece saber que Juan Manuel (igual que su hermana) se encaminó en el mundo de la medicina, salvando vidas, llevando salud al pueblo venezolano”.
Esta mujer, madre guerrera, sabe que el sacrificio de su vida ha fructificado porque las semillas que sembró han germinado y dan frutos.
“Yo le deseo a mis hijos salud, claridad, que sean personas de bien, que formen una familia con esos valores, y le deseamos éxitos en toda su vida, como toda madre a sus hijos”.
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Juan Manuel habla emocionado: “Mima, para mí es lo más grande tenerte a mi lado, nunca voy a poder pagarte lo que me has dado, cómo me has guiado, te amo con la vida, y sé que mi hermana también te desea lo más hermoso del mundo”.
Yanelis evoca sus sentimientos: “El mensaje es de amor, le deseo felicidades a todas las madres, tengo muchas madres que me acompañaron en mi vida, a las que me formaron, las madres del lugar donde nací, en Juliana; en especial a mi madre, que tanto me ha sostenido, a las madres de Cuba, mis vecinas, en fin, a todas las madres que dan corazón, vida y se entregan porque los hijos sean mejores cada día”. Esa es la historia de Yanelis, esa madre, guerrera incansable, que llegó a Venezuela junto a su hijo Juan Manuel, para juntos, besar y dar amor a la humanidad.
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