Durante las últimas horas se produjeron reclamos de un grupo de la población por la situación eléctrica y el suministro de alimentos, ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Con qué motivo? ¿Qué pasó en realidad?
Podemos decir que estamos ante una situación inducida. Recordemos el diseño de la política de bloqueo, delineada hace 64 años en el ya conocido Memorándum de Léster Mallory. Este documento reconoce que la mayoría de los cubanos apoya a Fidel y aconseja:
“Emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba… una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.
¿Qué ocurrió exactamente el domingo?
Estamos en un escenario de guerra comunicacional: se intenta construir la imagen de un país en caos total, con expansión virtual de las protestas por toda Cuba, cuando en realidad hubo solo dos o tres puntos.
Es muy evidente el modus operandi. La proliferación de fake news, en paralelo con pronunciamientos injerencistas de políticos norteamericanos y de la embajada de Estados Unidos en La Habana. La coincidencia de titulares de medios internacionales occidentales y de la construcción de graves noticias falsas como acusar a las autoridades cubanas de la muerte de José Daniel Ferrer, quien está detenido.
A pesar de los llamados desde el exterior, los perfiles de redes sociales mostraron, como elementos comunes, un país en general en calma. Varias personas salieron a buscar imágenes de sus entornos y lo que vimos, en general fue tranquilidad en parques, plazas y barrios.
Si desea escuchar el material íntegro sobre este tema, escúchelo en nuestro canal de Ivoox…