A Joaquín Jorge Tornés, el Yoqui, todavía le brillan los ojos cuando recuerda aquellos momentos fundacionales, justamente en el año 2009, cuando llegó a Venezuela, como parte de La Misión Cultura Corazón Adentro, con el objetivo de crear La Colmenita Bolivariana por idea del Comandante y Presidente Hugo Chávez.
“Ha sido diversa y enriquecedora la experiencia. Vinimos aquí en el 2019 a fundar la Colmenita Bolivariana de Venezuela, cuando llegamos fue necesario readaptarnos y buscar otras rutinas y modos de hacer. En Barlovento, Estado de Miranda, los niños y niñas no iban a nosotros, era algo nuevo y diferente que no conocían, entonces fuimos a su encuentro, hasta que logramos transformar esa realidad y desarrollar empatía y una gran receptividad hacia nuestro proyecto”.
Fue un rico período como Coordinador y Creador de todos los Programas concernientes a la formación de los Núcleos Colmeneros en Venezuela, entonces dirigió cuatro puestas en escena con La Colmenita de Barlovento.
“Los niños empezaron a aprender con nosotros cómo comportarse en colectivo, tenían una cultura y modos de vida diferentes a los nuestros, y nosotros a la vez aprendimos de ellos, nos retroalimentamos de su acervo, sus costumbres, aprendimos de la vida en sus comunidades, su idiosincrasia”, afirma el profesor.
El Yoqui fue fundador de la Colmenita de Cuba. Aquí, en tierra bolivariana, el aprendizaje fue constante y renovador para un artista de alma sensible, y según nos asegura “no fue un camino fácil, había comunidades con situaciones especiales de violencia donde sólo nosotros entrábamos, se reportaban altos niveles delictivos, incluso, en un momento determinado, el único transporte que podía adentrarse en esos lugares era La Colmenita, eso nos decía que íbamos por el camino correcto”.
Organizar y dirigir en aquellos años una Gira Nacional por diversos estados venezolanos como Carabobo, Falcón, Cojedes, Apure, Barinas, Trujillo, Anzoátegui y Miranda fue estremecedor y retador. Los resultados de esas colmenas con abejas laboriosas empezaron a florecer.
“Desde que salimos a recorrer Venezuela hasta el 2012 logramos dejar unos 15 núcleos colmeneros creados con instructores de la Brigada José Martí y otros facilitadores que preparamos”, nos afirma.
Pero ¿Cómo se concibieron estas Colmenitas Bolivarianas? ¿Cuál fue y ha sido su magia desde que nacieron hace más de quince años estos núcleos de de amor y de defensa de lo autóctono, de las más hermosas tradiciones venezolanas?
Joaquín tiene la respuesta con una afirmación que es categórica: “Las Colmenitas siempre las visualizamos de manera tal que tuvieran su propia identidad, empezamos en Barlovento, que se identifica por los tambores, y llegamos a Barinas, donde prima el arpa, cuatro y maracas, mientras que, en Nueva Esparta, el galerón y la poesía es parte de la dinámica de los niños allí, la clave fue adentrarnos en la rica cultura venezolana”.
Joaquín, es hoy el director de arte y escenografía del Movimiento Nacional de Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes “César Rengifo” en Venezuela, otra patria para él, y dice que por corazón y sentido de pertenencia atiende un núcleo de trabajo en Barlovento, se trata del colectivo teatral infantil TierraViva, que todo el mundo conoce como la Colmenita de Barlovento, un proyecto que persigue la idea de despertar valores en los niños y formar mejores seres humanos.
“Desde el 2022 estamos trabajando con los niños allá y ha sido una experiencia diferente, ahí los representantes de las comunidades, las familias, los niños, llegan hasta nosotros, comparten, ha sido realmente hermoso”.
Al cabo de tantos años, y de sentir el orgullo de ser fundador de la Colmena de Cuba y las Colmenitas Bolivarianas, Joaquín se confiesa un hombre feliz y realizado. Baste decir que hoy existen treinta núcleos colmeneros en todo el país, que es como salvar el alma de la patria.
“El hecho de que el niño llega y uno le sugiere cómo comportarse, ver su placer cuando leen guiones y comparten con el público es reconfortante; los padres nos dicen que han cambiado, que se ha logrado algo que parecía imposible, que ya se separan del celular y la tablet, nos afirman que sus pequeños leen más; entonces, cuando percibes todo eso te percatas de que has sembrado una semillita que ya empieza a crecer y convertirse en árbol y en fruto”.
Joaquín Jorge fue además el Gestor y Organizador del Primer Taller de Formación de Instructores y guías de La Colmenita Bolivariana en el Campamento Niño Simón de Rio Chico en el 2012 y posteriormente impulsó la realización de Talleres de Creación en varias comunidades. Ha pasado el tiempo, pero él defiende su carrera con la misma pasión de aquellos años fundacionales.
¿Ha valido la pena haber creado estos núcleos colmeneros? Le pregunto finalmente.
“El hecho de que nosotros nos mantengamos activos, fomentando esa sensibilidad y esa felicidad, de que logremos esos cambios en las comunidades, en los niños, niñas y sus familias, todo eso ha valido la pena y siempre valdrá la pena”, afirmó emocionado.