Manzanillo, Granma.- Estar cerca de la familia, escuchar el bramido de las reses y disfrutar de los amaneceres puros, con el olor a tierra húmeda y café recién colado, es el sitio predilecto de Gabriel Calvelo Acosta, que con 87 años de edad es el mejor productor de carne de ganado mayor de la oriental provincia de Granma.
La finca familiar “El Guajacal”, de Jibacoa, en Manzanillo, es testigo del éxito, que comenzó a labrar junto al padre hace más de cincuenta años y que en tiempos de bonanza marcó 109 mil litros al terminar el almanaque.
Gabriel Calvelo Meriño, el hijo varón, es quien hoy asume todo, porque en 2021 un infarto alejó al patriarca de las fuertes labores, pero el viejo controla y conoce al dedillo que son 230 cabezas en el rebaño, de ellas 70 vacas en ordeño que se acercan a los 300 litros de leche por día, todo para la industria.
“Para hacer dos ordeños yo tenía una vaca que, por ejemplo daba seis litros de leche y después me “daba” 4 y dos y al final era lo mismo. No me daba la cuenta y era más trabajo.
“Todos los días a la misma hora hay que “apartar” la vaca: si es a las cuatro a las cuatro, a las cinco no un día a las siete o las ocho. Eso es lo que yo he hecho toda la vida, trabajar, lo más honradamente posible, pero trabajar que sí me caracterizo por eso.”
La empresa cárnica de Granma, liderada por su director Roger Fernández Bodaño estimuló este miércoles a Gabriel Calvelo Acosta por ser el mejor productor de carne vacuno en esta oriental provincia.
Cuando concluya 2022, el campesino computará la entrega de más diez toneladas de ese producto, que sustituye importaciones. La cantidad es igual a 28 cabezas de ganado, de unos 342 kilogramos de peso, poco más de 20 por encima de lo que establece como promedio la entidad.
“La ganadería es un trabajo fuerte aunque sea montado a caballo porque es todos los días y el día “enterito”. Yo llegué entregar 109 mil litros de leche y hoy estoy en los 50 mil por año. Ahora es mi hijo el que asume y el viene periódicamente. Aunque se quiere hacer el “hombrecito” y el dueño de todo me escucha los consejos y todavía me hace caso.”
Calvelo Acosta es un hombre feliz por lo que ha logrado en la vida. “Para mí lo más lindo que hay es ver la vaca venir en la tarde con la llenita de comida y por la mañanita, cuando la ordeñas, y el cubo hace así por la espuma y se va botando porque da cinco, seis y siete litros.
“Mi familia es lo mejor que hay: mi hijo, las dos hijas, nietas, las bisnietas. Cada vez que veo a una de las niñas corretear por aquí, eso me hace alegre y me halaga a mí. Yo creo que el barrio me quiere, mis vecinos lo demostraron cuando me dio el infarto al corazón hace un año.”
Berta Calvelo Meriño, lo escucha cerca, sonríe y afirma que “papi es nuestro mayor orgullo. Ha sido ejemplo para la familia, los vecinos y para los productores del municipio, Granma y Cuba. Nos educó en el ejemplo, la rectitud y el amor al trabajo. Ellos son las joyas de la familia.”
Consagración, disciplina y mucho amor al trabajo son reglas del triunfo de Gabriel Calvelo Acosta. Allá en la finca familiar “El Guajacal”, de Jibacoa, todos le abrazan y reverencian su estatura de ser considerado, el rey del ganado en Granma.
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