Enero, el primer mes del año 2024, es uno de de los más fríos de nuestro invierno, seguido de febrero que esta vez es bisiesto.
¿ qué quiere decir eso? Cada cuatro años el mes de febrero en vez de tener 28 días tiene 29. Esto sucederá al final de este mes por ser 2024 bisiesto. Esta particularidad viene a corregir las diferencias en el calendario por el desfase que existe entre la duración del año trópico y el año calendario de 365 días.
Se preguntan algunos si son importantes los años bisiestos y la respuesta es esta: cumplen con el rol de compensar el tiempo extra que nos dejan las 365 24219 veces que nuestro planeta gira alrededor del Sol. Eso se traduce en 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos.
Un año bisiesto tiene 366 días en vez de 365. Cada cuatro años, febrero tiene un día más. Esto se hace porque un año oficialmente no tiene esa cantidad de días, sino 365 y 25 más. Sin embargo, añadiendo un día cada cuatro años, se soluciona el problema.
El movimiento de la Tierra alrededor del Sol es el culpable de la existencia de los años bisiestos. Esos que tienen un día ‘adicional’ que se añade en febrero. Es decir, cada cuatro años este mes tiene 29 días.
El calendario gregoriano es el modelo actualmente utilizado de manera oficial en casi todo el mundo, denominado así por ser su promotor el papa Gregorio XIII. A partir de 1582, sustituyó gradualmente en distintos países al calendario juliano, utilizado desde que Julio César lo instaurara en el año 46 antes de Cristo.El calendario juliano era, básicamente, el calendario egipcio, el primer calendario solar conocido que estableció la duración del año en 365,25 días.
Se originó a partir de un primer estudio realizado en 1515 por científicos de la Universidad de Salamanca, y de un segundo en 1578. Del primero se hizo caso omiso y del segundo, finalmente, surgió el actual calendario mundial, aunque el mérito se atribuyó a otros personajes.
Los primeros países en adoptar el calendario actual fueron el imperio español y Portugal; después se adoptó por toda Europa, salvo el Reino de Gran Bretaña y sus colonias americanas, que no lo hicieron hasta 1752.
La historia recoge que al 29 de febrero en especial, los escoceses lo consideran un día de tan mala suerte como los martes 13 en algunos países o los viernes 13, en otros. A esta idea se suman los griegos quienes, además, creen que casarse en año bisiesto lleva al fracaso de la pareja.
Algunos investigadores opinan que el hecho de que este 2024 sea bisiesto, tiene una connotación espiritual .No solo se agrega un día a los 365 (29 de febrero), sino que se convierte en 12 meses repletos de energía positiva que favorecen a los nuevos comienzos.
Es una particularidad que ocurre cada cuatro años para ajustar el calendario a la rotación de la Tierra.Sin embargo, a través del tiempo los años bisiestos han arrastrado curiosidades, creencias o supersticiones que ponen a pensar a muchos, mientras que otros se lo toman con humor.
Una de las curiosidades más conocidas recae en las personas que nacen el 29 de febrero, el día adicional de los años bisiestos. Para evitar confusiones, en ocasiones los padres deciden inscribir al bebé el primero de marzo, pero otros siguen el proceso de registro al pie de la letra.
Así, los inscritos el 29 de febrero se verán en el dilema de no saber si celebrar su cumpleaños el 28 de febrero o el primero de marzo cuando no sea año bisiesto; estas personas también” jugarán” a que como celebran su nacimiento solo cada cuatro años, entonces supuestamente tendrán la ventaja de que envejecerán mucho más lento que el resto de personas.
La idea de que algo negativo va a pasar viene de que en años anteriores sucedieron cosas malas como: el hundimiento del Titanic, la muerte de Gandhi, Martin Luther King y John Lennon.
Aciertos, espectativas y sorpresas acompañan a los años bisiestos que para muchos aún sigue siendo un misterio