Son las mujeres guerreras y hacedoras de sueños en el cumplimiento de la Misión internacionalista en Venezuela. Lo saben muy bien las Doctoras holguineras Elizabeth Reyes Bernal y Ada Nivis Rodríguez Revé.
Desde que llegaron a la nación bolivariana, muy pronto asumieron el gran reto de dirigir Centros de Diagnóstico Integrales en el municipio de Maturín, capital del Estado de Monagas.
Elizabeth, residente en La Habana en estos momentos, no lo dudó ni un segundo cuando le pusieron la encomienda en sus manos. Sabía que sería difícil, pero no imposible. Por eso hoy enaltece la experiencia acumulada como Jefa del CDI Juan Pablo Rojas Paúl, ubicado en la Parroquia la Cruz en el sector Alto Paramaconi, en esa región nororiental de la tierra hermana.
Ese es un sitio donde hay peligros, signos de violencia, pero también una población agradecida de los servicios médicos que allí reciben, reitera la especialista y agrega: “Atendemos una población extensa que empieza en el Furrial y termina en Altos de los Godos. Incluso, las personas más cercanas a nuestra institución residen en Alto del Paramaconi, calificada como zona roja porque allí hay malandros, se reportan hechos delictivos, sin embargo, al equipo de médicos cubanos se nos respeta por lo que representamos, y no hemos tenido ninguna eventualidad, nuestro CDI ofrece varios servicios, como Odontología, análisis de Laboratorios SUMA y Clínico, Gastroentorologia, Oftalmología, Estomatología, Ultrasonido, Rehabilitación, y Hospitalización, entre otras.
Por su parte, la Doctora Ada Nivis dirige el CDI “Ramón Antonio Canelón Pérez”, del Sector Viento Colao, en la Parroquia San Simón, de la ciudad de Maturín, hace más de treinta meses asume ese cargo, que asegura, la ha preparado más como profesional y como ser humano.
Según nos confiesa: “En un inicio asumí sin experiencia de dirección, me dieron la tarea en plena Covid, tuvimos que enfrentar y tomar decisiones, pero en este tiempo he tratado de cumplir, y pienso seguir como Jefa de ese centro hasta el día que regrese a la Patria”, señala.
Y agrega: “Desde el punto de vista personal, las experiencias de trabajo son muy buenas, me voy para Cuba con un potencial de conocimientos alto, los que integramos la brigada nos relacionamos muy bien, somos una familia, tratamos de compartir todo, pues en condiciones como estas, fluyen más las relaciones personales, tenemos 23 colaboradores, que prestan servicios de Rayos X, Laboratorio Clínico y SUMA, Sala de Terapia y Hospitalización, Rehabilitación, Odontología y Electrocardiograma”, puntualiza.
Son testimonios de dos cubanas que a kilómetros de su isla, llevan a Cuba en el corazón, y hacen suyos los sentimientos internacionalistas, mientras cuidan la salud de los hermanos venezolanos.
Para la Doctora Elizabeth, esta ha sido “una experiencia espectacular, estuve primero como médico de comunidad en el CDI de Santa Bárbara, enfrentando muchas complejidades, pero me sentí muy recompensada por el agradecimiento de la población”.
En el CDI “Juan Pablo Rojas Paúl” se hacen de 25 a 30 consultas diarias por servicios, mientras que los médicos de comunidad realizan de 40 a 45 consultas.
Para Elizabeth, dirigir esta institución ha sido “una experiencia importante, en Cuba vivía con mi esposo, aquí convivo con otras personas, somos 35 colaboradores, cada cual con sus costumbres, sus maneras de trabajar, pero hemos logrado la unidad, en este tiempo siento que me he fortalecido, pues eliminar las barreras y obstáculos que he debido sortear me ha hecho una profesional más capacitada y más revolucionaria”, dice.
Para ella, “lo más difícil es que salgan los servicios con calidad, puesto que hay falta de insumos, medicamentos, transportación, pero recibimos apoyo de los amigos solidarios, el pueblo venezolano tiene necesidad de atención y se buscan todas las alternativas para lograr el propósito de elevar la calidad de vida de nuestros hermanos”, agrega.
En sus declaraciones, recuerdan momentos impactantes, como la atención a las embarazadas, muchas de ellas con 38 semanas de gestación, casi a término y nunca se habían visto con un especialista, “fue muy difícil ver esta situación, pero nuestro rol aquí es continuar buscando paliativos para mejorar nuestros servicios, y lo hemos logrado”, puntualizan.
Fueron rotundas en una idea: “Estamos orgullosas del trabajo que hemos desempeñado, todo profesional de la salud se siente reconfortado al saber que ayudamos al bienestar de las personas, aquí adquirimos muchos conocimientos y experiencias que serán muy útiles para, cuando concluyamos la Misión y regresemos a la Patria, servir a nuestro pueblo con profesionalidad, y sobre todo, con amor, con las mismas energías y sentimientos que lo hacemos aquí”.
Así son las Doctoras Elizabeth y Ada Nivis, guerreras cubanísimas, quienes, en el Estado venezolano de Monagas, enfrentan grandes desafíos, con el orgullo de servir al sentimiento más sagrado: el amor entre los seres humanos.
Detalles en la propuesta radial.