Camagüey, Cuba. – Como cada 23 de diciembre, los agramontinos rinden tributo a su Mayor, apelayivo qur distingue a Ignacio Agramonte, desde que sus compañeros de armas en la Guerra del 68, así lo reconocieran por sus virtudes y ejemplo.
Frente a la casa marcada con el número cinco, en la entonces llamada Calle de la Soledad, hoy Ignacio Agramonte, el pueblo se reúne para evocar el nacimiento del niño devenido Héroe del Camagüey Legendario.
Esta vez, la palabra del joven profesor de historia, de la Universidad de Camagüey, Fernando Manuel Manzo Alonso, llama a los camagüeyanos a través “de la convocatoria de la Patria, para ratificar lealtad y compromiso en la construcción del presente y el futuro”.
La infancia de Ignacio transcurre en un hogar de patriotas, hecho que significa Manuel Sanguily, en una nota biográfica sobre Agramonte, al referir que “el niño estudia las primeras letras en varios colegios de su ciudad natal; y recibe la influencia de su honrada familia y en especial del carácter de su padre, que era hombre de mucha energía y firmeza, cualidades que sin dudas, hereda quien después sería el legendario Héroe del Camagüey”.
Aunque después, Ignacio estudia lejos de la familia; se forma como un joven íntegro, respetuoso, tierno, de mucha energía y firmeza de principios; virtudes y carácter.
La infancia de Ignacio transcurre en un hogar de patriotas, hecho que significa Manuel Sanguily, en una nota biográfica sobre Agramonte.
“El niño estudia las primeras letras en varios colegios de su ciudad natal, y recibe la influencia de su honrada familia y en especial del carácter de su padre, que era hombre de mucha energía y firmeza, cualidades que sin dudas, hereda quien después sería el legendario Héroe del Camagüey…
Aunque después, Ignacio estudia lejos de la familia, primero en Barcelona, España, en opción al título de Bachiller en Artes, y luego en la Universidad de La Habana, donde se gradúa en Derecho Civil y Canónico; se forma como un joven íntegro, respetuoso, tierno, de mucha energía y firmeza de principios, características que marcarían la vida y la hoja de servicios a la Patria.
Sobresale por el ejemplo personal, por sus condiciones como jurista, por el arrojo en el combate, por la capacidad como estratega militar aún sin ser un hombre de armas, como reconociera el Comandante en Jefe Fidel Castro en la velada conmemorativa el once de mayo de 1973.
“Se ha escrito y se ha hablado de sus extraordinarias condiciones de educador y de organizador. A lo largo de su mando, organizó talleres de todo tipo para abastecer a las fuerzas camagüeyanas; organizó, disciplinó y entrenó a la caballería y a la infantería de Camagüey y de Las Villas, dotó a esas fuerzas de un magnífico espíritu de combate y las capacitó para la lucha. […] Es conocido que dondequiera que había un campamento de Ignacio Agramonte, había un centro de instrucción militar, había una escuela. Les inculcó a los patriotas camagüeyanos su espíritu, su ejemplo, sus extraordinarias virtudes”.
Como es tradicional, en peregrinación, el pueblo marcha desde la Casa Natal hasta el Parque Agramonte para colocar flores ante la estatua ecuestre de El Mayor, esta vez depositadas por el miembro del Buró provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC), Walter Simón Noris y el Vice Gobernador, Yennis León Mayedo.
El 23 de diciembre, fecha del nacimiento del abogado Ignacio Agramonte, también sirvió de inspiración al líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, para crear hace 50 años, los Tribunales Populares y propiciar la participación del pueblo en el sistema de justicia cubano.
Hoy, otro joven jurista marca la continuidad, José Ángel Estrada Castañeda, presidente del Tribunal Provincial Popular de Camagüey, quien ratifica entre los retos de los trabajadores del sector, “seguir fortaleciendo la calidad del sistema judicial y del servicio que se le brinda a la población, y las funciones que emanan del mandato del pueblo, reconocidas en la Constitución de la República de Cuba”.
El Camagüey legendario rinde homenaje en el aniversario ciento 82 de su natalicio al Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz, y reconoce la labor del Sistema de Tribunales populares, surgidos por idea del Comandante en Jefe Fidel Castro, el 23 de diciembre de 1973.
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