Existieron en la historia de la radio en Cuba algunos periodistas que sin los más elementales principios éticos se prestaron para divulgar algunas intimidades de los artistas de la radio.
Contra la protesta y el disgusto de las personas más serias y responsables, no faltaron algunos ídolos que acogieron con entusiasmo la nueva e irrespetuosa modalidad periodística.
Algunos galanes y locutores, en vez de centrar su carrera en el estudio y la superación profesional, lo confiaron todo a la condición circunstancial de lucir «bonitos» como se dice por ahí, y claro está, esos galanes se sentían complacidos y orgullosos al verse reflejados continuamente en los “chismes de la prensa”.
Por aquellos lejanos años de la radio comercial en Cuba, el sector femenino de la radio-audiencia solía ser más proclive a los desequilibrios emocionales.
Desde las jovencitas hasta las más entradas en años fueron objeto de la sutil manipulación de sus emociones a través de los medios de comunicación de entonces, fundamentalmente la prensa escrita y la radio.
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