Salubristas estadounidenses de diferentes organizaciones llegaron esta tarde a la sede de la Misión Permanente de Cuba ante naciones Unidas. En la puerta del salón, médicos, enfermeros, directivos de instituciones sanitarias y voluntarios fueron recibidos, cada uno, con el apretón de manos y el abrazo del Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Se trata de personas que ven a Cuba como un referente por la estructura del sistema de salud y los pilares que lo distinguen, el acceso gratuito y universal y más que eso son norteamericanos que han desafiado con valentía y compromiso, durante años, la política de cerco económico que el gobierno de su país impone a la Isla antillana.
La antesala del encuentro estuvo a cargo del Jefe de Estado que explicó a los amigos de Cuba la manera en que se enfrentó la COVID-19, las vicisitudes sufridas por las medidas de bloqueo arreciadas, a las que se sobrepusieron los trabajadores de la salud y la ciencia para vencer la pandemia, la cual fue demoledora también para el primer mundo.
Pudimos hacer nuestras propias vacunas, contó el Presidente, al tiempo que agradeció los donativos que en circunstancias difíciles han llegado desde esas manos altruistas, incluyendo jeringuillas para hacer posible la campaña de vacunación.
Nos reunimos con ustedes- expresó Díaz-Canel para que sientan el reconocimiento del pueblo cubano hacia la actividad solidaria y de cooperación que han mantenido, además ratificó la voluntad para ampliar, desarrollar y diversificar los vínculos.
En una mesa rectangular los amigos salubristas se sentaron junto al Presidente Díaz-Canel. Cada uno, con muy pocas excepciones, habló de reiterados viajes a Cuba, del asombro por encontrarse un médico en la montaña, de las vicisitudes para ayudar a la Isla, con admiración y conocimiento comentaron sobre productos farmacéuticos cubanos y la vergüenza se hizo sentir al mencionarse las carencias de instrumentales quirúrgicos y de medicinas y niños cardiópatas que esperan por una válvula, todo por una causa, los muros que levantan las restricciones del gobierno de los EEUU.
En un tono familiar el mandatario reflexionó: Si no existiera el bloqueo pudiéramos tener una colaboración en salud que no solo beneficiaría a nuestros pueblos, sino también a otras regiones del mundo.
Teasha Guerrere, médico de familia, al finalizar el encuentro con el Presidente Díaz-Canel compartió a la prensa qué significó para ella estudiar Medicina en Cuba, esencias que emocionaron en el intercambio. Realmente estudiar en Cuba hizo la diferencia. ·“En primer lugar cambió mi manera de tratar a los pacientes. Trato a mis pacientes a partir de aquel momento de una manera holística, de una manera integral y también me permite enseñar a mis estudiantes, porque imparto clases, que la medicina no es solo un derecho humano, sino también como deben ser tratadas las persona y eso nos permite influir en el sistema de salud para tener comunidades más sanas.
Por su parte Elisabeth Stevens, Presidenta de la Coalition of Concerned Medical Professionals, con un lenguaje extraverbal más expresivo que las traducciones, ejemplificó lo que pierde el pueblo norteamericano por la política de bloqueo.
Más de 100 mil personas tiene que someterse a una amputación de sus miembros debido a la úlcera del ie diabético, pero no solo eso esas personas tiene un alto riesgo de fallecer aun después de la amputación. Eso ya no sucede en Cuba. Pienso que mostrar el HeberProt-P a la población y autoridades estadounidenses puede enseñarnos también una nueva táctica para combatir el bloqueo.
No apaguen la grabadora quiero decirle algo al pueblo cubano, dijo la presidenta de la organización no gubernamental. “Tenemos en primer lugar un gobierno que es asesino con respecto a su población (la cubana) y en lugar de tener un sistema de salud, lo que tenemos es un negocio de la salud. Sabemos lo que implican las sanciones, el bloqueo, la inclusión de Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo y que hay muchos cubanos que están sufriendo en diferentes lugares, sabemos lo que eso implica. Queremos que ellos sepan que hay muchos estadounidenses que los ven a ellos como sus hermanas y hermanos. Estamos trabajando para tratar de cambiar esas políticas”.
Por su parte Roberto Swartz, Vicepresidente de Global Health Partners explicó lo difícil que se hace colaborar con Cuba.
El embargo afecta todas las esferas de la vida de la sociedad cubana. Afecta su seguridad alimentaria, su vida económica y en particular afecta mucho la medicina. Cuba se ve incapacitada de recibir equipamiento, vacunas, medicinas. Ha nsido comoun castigo contra Cuba, una guerra contra ella por elegir su forma de ser.
Podríamos hablar de todo un diapasón de obstáculos que nos impone el bloqueo -comentó- el primero de ellos es adquirir los medicamentos. La inclusión de Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo nos impide encontrar un proveedor que nos quiera vender esas medicinas, segundo, una vez que las tenemos cómo las llevamos para Cuba. Nadie se quiere poner de acuerdo con nosotros. Anteriormente era muy fácil encontrar una compañía que quisiera transportar esos medicamentos. Actualmente es casi imposible. Entonces es un trabajo y una actividad muy retadora la parte del flete y la transportación de los medicamentos. En la época prepandémica era mucho más sencillo. Teníamos manera de fletar esas medicinas desde Toronto, desde Bogotá, desde Londres. Después de la pandemia todo se dificultó mucho e imagínense que tenemos que elegir un corredor desde Nueva York hasta Bruselas, de Bruselas hasta Madrid y luego de Madrid va para La Habana. No solo es difícil y retador, sino que se vuelve muy costoso.
Por qué entonces seguir tendiendo puentes con los cubanos, le preguntamos. “El año que viene vamos a cumplir 30 años de este tipo de colaboración con Cuba y esto no va a cambiar, por el contrario mientras más difíciles se vuelvan las circunstancias más vamos a ayudar a Cuba”.
Al término del encuentro, el Presidente, Miguel Díaz-Canel Bermudez, agradeció la manera sincera y sentida de ver a la sociedad cubana y el compromiso con el que hablan del archipiélago del Caribe, tales actitudes, significó, confirman convicciones y aseguran que podemos seguir trabajando juntos por un mundo mejor que es posible.
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