Los lectores de esta página conocen mi admiración por Quentin Tarantino. Una de mis predilectas cintas bajo su dirección es Bastardos sin Gloria (2009).
La película de divide en varios capítulos, y hoy les traslado algunos datos acerca de uno de los protagonistas del primero de ellos.
Es Denis Ménochet, quien interpreta al campesino Perrier LaPadite, enfrentado al oficial nazi Hans Landa, encarnado por el austríaco Christoph Waltz, merecedor por ese rol del Oscar secundario.
Ménochet sobresale por su sobriedad y contención en esta inolvidable secuencia, tratando de mantener la calma ante aquel asesino psicópata que con infinita ironía trata de arrancarle (y lo logra) la delación de los vecinos ocultos bajo su casa, a cambio de la vida de sus familiares.
Actualmente con 46 años el actor francés posee premios Goya, el César y el del Sindicato de Actores, entre otros lauros.
Es muy popular debido a filmes como As bestias, Peter Con Kant, Gracias a Dios, Custodia compartida, Robin Hood, Fuerzas especiales y El Mauritano.
A los 17 años ya estaba convencido de convertirse en actor, mientras fue caddie, chófer y camarero, antes de codearse con colegas de la talla de Clive Owen y Joaquín Phoenix.
El intérprete que nos ocupa comenzó su trayectoria con 21 años, cuando ya contaba con esa complexión enorme y casi ruda.
Hoy ha sido aclamado tanto en el cine norteamericano, galo, como español.
Declaró que haber aceptado el trabajo en Bastardos sin Gloria fue como sacarse la lotería.
La antológica secuencia que destacamos es material de estudio en prestigiosas escuelas de actuación.