Por: Deisy Francis Mexidor
Washington- El talentoso músico cubano Pedrito Martínez, afincado en Nueva York, es talla extra, su máxima es darlo todo cuando sube al escenario con ese don que le permite contagiar y poner a gozar a cualquier público.
Una reciente actuación en el Keystone Korner, uno de los clubs de jazz más representativos de la ciudad de Baltimore, en Maryland, me dejó “enganchada” con este polifacético artista, nacido el 12 de septiembre de 1973 “en un barrio de rumberos en el centro de La Habana, llamado Cayo Hueso”, dijo en diálogo con Prensa Latina.
Ese barrio habanero es el “lugar donde tuve la gran dicha de aprender la rumba en su máxima expresión y toda la extensa gama del folklor afrocubano”, confesó Pedro Pablo, Pedrito.
Llegó a Nueva York en julio de 1998, desde entonces ha llovido bastante para este músico fuera de serie con una formación básicamente autodidacta.
“He sido muy afortunado –comentó- porque después de 25 años en esta gran ciudad aún sigo cumpliendo mis sueños y muchos de ellos se han realizado debido a la lista grande de iconos e ídolos de la música con los cuales he tenido el inmenso honor y el privilegio de trabajar”.
En esa relación aparecen “Eric Clapton, Paul Simon, Elton John, Sting, David Matheus, Camila Cabello, Rubén Blades, Eddie Palmieri, Chucho Valdés, Paquito D’Rivera, Gonzalito Rubalcava, Wynton Marsalis y Bruce Springsteen, solo por mencionar algunos”, añadió.
Miembro fundador en 2003 de la banda de fusión Yerba Buena, con la cual grabó dos discos, Martínez formó su grupo en Nueva York en 2005 y para 2013 sacó su primer álbum con los artistas invitados Wynton Marsalis, John Scofield y Steve Gadd.
En 2016 grabó Habana Dreams, álbum en el que repitió Marsalis y sumó otros nombres como Rubén Blades, Angélique Kidjo e Issac Delgado.
Después siguieron otros trabajos y en la actualidad anda por “la nueva producción discográfica que espero compartir con todos nuestros seguidores antes de terminar el año”, expresó Martínez en modo de adelanto.
Será un disco muy variado con un sinnúmero de ritmos provenientes de otras culturas y con invitados especiales, algo que, por lo general, he puesto en todas mis producciones anteriores, añadió.
Se refirió también a ese primer viaje a Cuba con su grupo en enero de este año cuando fue invitado al Festival Jazz Plaza en La Habana donde tuvo “recibimiento resultó increíble”.
Señaló que tuvo el inmenso honor que pudo cantar y tocar con algunos de sus grupos favoritos como Alexander Abreu, Síntesis y Los Muñequitos de Matanzas en “uno de los escenarios más prestigiosos del país: la sala Covarrubias del Teatro Nacional”.
Sin embargo, consideró aún más excitante “el concierto de despedida en la Fábrica de Arte, uno de los lugares con más energía y con un público eufórico y super agradecido, variado, juvenil, que me regaló su corazón”.
Extrovertido, positivo, comunicativo y de buenas energías, Martínez es como un todo terreno: ejecuta varios instrumentos musicales, se mueve como pez en el agua por diferentes, baila y posee una voz que bendecida sea.
Al hablar de su familia aseguró que es su fuente de crecimiento espiritual y personal, «es la que me motiva a ser mejor, es mi razón de vivir, así de simple”.
Vengo de un hogar con valores y mucho amor, por esas razones pienso que continuaré mi misión de seguir defendiendo la cultura afrocubana, mis raíces afroantillanas y el legado de todos mis ancestros, dijo Martínez, iniciado en la religión yoruba y con más de siete como sacerdote de la misma.
Su propósito es buscar fuentes de inspiración para seguir haciendo buena música dirigida a todo tipo de público, así como encontrar nuevos horizontes y sonidos que rompan esquemas y cliché.
¿Cómo marcha este 2023? “Intenso”, dijo. No hay dudas, la brújula ha dado muchos giros no solo dentro de Estados Unidos sino también por ciudades de Colombia, Panamá y Canadá.
«Pedrito Martínez… es una fuente de deleite rítmico e inspiración… un intérprete incomparable…” aseveró el diario The New York Times y con esa definición me quedo.
(Fuente: Prensa Latina)