Caracas, Venezuela.- Ritmos electrónicas con sabor al Caribe rompen el silencio. Son los acordes de la alegría y del sueño posible de un mundo mejor, de un mundo de paz. Música y voces puras que desde Cuba, Angola y Venezuela obran la magia de un futuro optimista, y de una canción que invita al abrazo de hermanos.
Adalays Sofía Meléndez Cabrera, una venezolana de 12 años, forma parte este proyecto, que impulsa una bella canción.
“Es un tema muy alegre, muy vivo, que habla sobre la paz, el amor y la libertad. La aprendí muy rápido, porque me gustó mucho.”
La adolescente caraqueña completa el trío de protagonistas de esta iniciativa, que auspician instituciones morochas, angolanas y de la ciudad cubana de Bayamo. Gattuzinha, desde África, y Lincom, en la isla de la música, también dan vida al texto del poeta Abel Guerrero y al ritmo del maestro Omar Pupo.
Entre todos, con gran esfuerzo de familia y amigos, cumplen también sus sueños de artista. Adalays, con las alpargatas y los colores típicos de su país, graba un video clip que el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, hará internacional. Mientras, florece en ella no el vano deseo de fama, sino el legítimo afán de conocer a sus hermanos en el arte.
“El video clip lo grabamos en la Casona Cultural Aquiles Nazoa, de Caracas. Participaron mis compañeros de la Colmenita Bolivariana de Fuerte Tiuna y representamos un encuentro entre amigos. Yo estaba compartiendo con mi abuela y salí a jugar, a cantar y a bailar con ellos. Mi mayor ilusión es conocer a los niños que cantan esta canción. Sería una tremenda alegría.”
Son acordes y versos que invitan al abrazo, que evocan la esperanza de un mundo mejor, de un mundo de paz. Son Adalays, Gatuzinha y Lincom: 3 niños que se unen, por la música e inspiran a otros, para juntos poder soñar.
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