Villa Clara– El primer nacimiento de dos pichones de cotorras cubanas en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Complejo Parque Zoológico de Villa Clara, durante el presente año, es considerado un logro de la institución y demuestra la salud de los progenitores, así como la calidad de vida que tienen los ejemplares que allí se exhiben.
Miguel Ángel Luis Ramírez, jefe de sección de bienestar animal en este centro recreativo, aseguró a la ACN que el hecho no tiene precedentes en ninguna de las instalaciones que integran la Empresa Cubana de Zoológicos.
Apuntó el experto que la reproducción en cautiverio de la Amazona-leucocephala, nombre científico de esta ave, resulta de gran valor para el mantenimiento de la especie, amenazada por la significativa disminución de sus individuos.
Ruiz Ramírez aseveró que la cotorra cubana es el animal que identifica el centro, una subespecie de la megapoblación de las islas del Mar Caribe endémica de la mayor de las antillas y en peligro de extinción por la reducción de su hábitat y el comercio ilícito de los pichones.
Actualmente esta variedad de ave también sufre las consecuencias de un pobre intercambio genético, lo cual ocasiona que ejemplares de la misma familia, al aparearse, tengan una descendencia menos resistente a enfermedades y con mayor probabilidad de padecer alteraciones biológicas, informó.
Pese a la existencia de leyes que protegen la vida silvestre, en Cuba continúa el lucro con la captura ilícita y comercialización de la Amazona-leucocephala, profundizó Gabriela Fernández, bióloga del parque.
Arlenys Carballo Bello, nutricionista de la institución, precisó que los progenitores de los ejemplares recién nacidos reciben huevos de gallina tres veces por semana.
Como los padres son los encargados de alimentar a las crías, estos procesan el huevo, y otros productos que se les incorporan en la dieta y luego los suministran, ya digeridos, directamente en el pico a los pichones, comentó.
Al llegar a adultas la alimentación de las cotorras se basa en frutas, pienso y otros compuestos ricos en vitaminas, proteínas y minerales.
Diana Jimenez, cuidadora de aves en el parque zoológico, explicó que para evitar estrés y malestar a las progenitoras, reducen al mínimo las acciones de manejo de las crías y solo acometen las extremadamente necesarias, como el pesaje, medición, determinación del nacimiento del plumaje, el color, y otras imprescindibles para valorar el crecimiento y salud de los pichones.
Cada mañana se limpia el exhibidor y las vasijas con alimento sobrante, y luego se procede al correspondiente fregado del recipiente del agua, pues los animales tienden a verter alimentos en el líquido y los fermentan más rápido, agregó.
También son retiradas del suelo las heces fecales de la noche anterior para posteriormente suministrar la dieta, acciones estas que siempre se realizan en horas tempranas de la mañana a fin de garantizar la mayor higiene posible y evitar la proliferación de hongos y bacterias que luego los padres trasladarían al nido, con el consiguiente infestado del recinto, añadió.
Según la literatura especializada la reproducción de las cotorras resulta un proceso complejo en el que la especie solo desova una vez al año y comparte el mismo sitio de nidaje y nicho ecológico con el pájaro carpintero, el tocororo, el sijú y otras aves.
(Fuente: ACN)