Para muchos en el mundo, el primer contacto con Cuba ha sido a través de nuestros profesionales de la salud. Ellos desandan caminos globales, abrazan continentes, sus mochilas siempre cargadas de “alivios”. Con profundo humanismo desafían la muerte para salvar vidas y mostrar la esencia humanista de la medicina cubana.
✍| Más de 605 mil 698 trabajadores cubanos de la salud han colaborado en 165 países. La cifra la dio a conocer @TaniaMCruzHdez, viceministra primera de @MINSAPCuba, al cumplirse 60 años de la primera brigada médica que partió a salvar vidas.https://t.co/lG13J1eqZe
— Presidencia Cuba ?? (@PresidenciaCuba) May 24, 2023
Más de 8 millones de vidas se han salvado en 165 países, se han atendido 2 194 millones 430 mil 690 pacientes y realizadas 15 millones 956 mil 629 intervenciones quirúrgicas y 5 millones 099 830 partos. Hoy la cooperación médica cubana está presente en 58 países con más de 22 mil colaboradores.
Los relatos de vidas son sus tesoros. En sus historias está el cuento de la solidaridad en cualquier rincón del planeta: en África, en Asia, en América, en la vieja Europa donde ahora mismo, un grupo de médicos cubanos presta sus servicios en la región de Calabria, ubicada al sur de Italia.
El doctor Adrián Naranjo Domínguez, cardiólogo, nos cuenta que su llegada desató una alta expectativa entre la población y también la prensa local pero “la acogida fue muy buena”, la gente les identificó y una vez más la profesionalidad soltó los hilos de sus capacidades y saberes.
Adrián nos dice que se sintieron en el primer momento retados, observados… pero la vida demostraba minuto a minuto que no había susto… la sensibilidad humana y las habilidades se juntaban en cada uno de nuestros galenos ubicados en cuatro hospitales en una de las zonas más pobres de ese país europeo.
“La inserción fue muy buena… te cuento que el primer día de nuestra llegada al hospital de Polistena, el gineco-obstetra Ariel Tamayo subió corriendo al salón”. Una madre no podía esperar, su hijo tenía prisa por nacer y el médico cubano estaba ahí para recibirlo. Su cara en la instantánea “lo dice todo”.
Hay retos siempre; pero para mí, los más importante es el calor humano. La aceptación de los pacientes es un asunto importante. Ello me reconforta; sobre todo, cuando pienso en mi familia. El internet ayuda pero se extraña a Cuba, el lugar donde trabajas, los amigos. Definitivamente, se extraña la patria.
Mi mensaje para ellos es siempre que estamos bien, que nos cuidan, no vamos a defraudar ni a Cuba, ni a nuestros colegas, con quienes nos comunicamos. Confianza les digo y la oportunidad para demostrar nuestro nivel, competencia, compromiso.
África es el camino…
Hasta la wilaya del Dejelfa en la puerta del desierto del Sahara en Argelia fuimos con la magia de la radio para llegar hasta el doctor Rolando Piloto, especialista en Medicina General Integral (MGI) y máster en Epidemiología. Él comanda ahora la brigada médica cubana que hace 60 años llegó por primera vez a esos parajes en 1963.
El doctor Piloto recuerda el momento en que arribaron los primeros médicos (50) ahora multiplicados muchas veces porque más de 900 laboran en ese país africano en 19 de las 58 provincias que tiene esa nación. Fundamentalmente, en toda la zona del Sahara. El coordinador de la brigada destaca, además, los 4 programas que se desarrollan en este momento entre los que se encuentran: el Materno Infantil, el de Oftalmología, el de Oncología y el de Urología.
En la última década, enfatiza, la brigada ha realizado más de 49 millones de consultas la mayoría dentro del Programa Materno Infantil. En cuanto a las intervenciones quirúrgicas, más de un millón es la cifra que muestra tan loable labor.
Los argelinos identifican a los cubanos, somos muy queridos aquí y para decir verdad siempre hay un nombre que se escucha por encima de las otras frases y palabras… Fidel. Es el reconocimiento a su ejemplo a su impronta, a su compromiso con los mas pobres del mundo.
Y con ese compromiso por los caminos de la cooperación llegamos a Guinea Ecuatorial, país centroafricano a más de nueve mil kilómetros de distancia de Cuba, donde una brigada médica cubana presta sus servicios. La doctora Maité Rodríguez, especialista en Medicina General Integral y oftalmóloga, nos relata sus experiencias.
Cuatro años de misión en África le han permitido adquirir saberes. La doctora Maité recuerda el tiempo de la covid-19 en el que tuvo que asumir funciones con riesgos en medio de la pandemia. “He podido desplegarme y yo creo que he crecido como persona y profesional. Nosotros somos reconocidos, valorados, respetados por la población que nos tiene una alta valía”.
Guardo celosamente algunas muestras de cariño como este audio que llegó hasta mí desde la cuenta en WhatsApp de una paciente. Para mí un verdadero regalo que me permito mostrarle como prueba de conexión entre médico y paciente.
A María Luisa Nchama la atendí recientemente. Sus deseos de larga vida para mí desde sus oraciones un domingo en la Iglesia son mi mayor orgullo.
Seis décadas de aprendizaje, sensibilidad y profesionalidad, han consolidado un camino de solidaridad como lo asegura el Doctor Michael Cabrera, director de la Unidad Central de Cooperación Médica Cubana, quien en declaraciones recientes a Radio Rebelde, afirmaba que más de 600 mil cooperantes de la salud en estos 60 años han protagonizado hazañas de vidas respaldadas por el apoyo de las familias: “las que esperan, las que desde sus casas son celosos guardianes de paz”.
El doctor Michael intenta recordar los momentos significativos de la cooperación: la llegada a Argelia en 1963, el terremoto en Perú en 1970, donde 25 médicos y 150 mil donaciones de sangre, entre ellas la del Comandante en Jefe Fidel Castro, llegaron hasta el país latinoamericano para ofrecer su apoyo y colaboración ante el desastre.
La Misión Milagro, Barrio Adentro en Venezuela, la creación del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, Henry Reeve, fundado en el 2005 por el Comandante, el programa de Más médicos en Brasil (20 mil colaboradores intervienen auspiciado por la Organización Panamericana de la Salud y donde fueron atendidos 60 millones de brasileños).
En el 2014 el enfrentamiento al Ébola en África occidental con 265 colaboradores y más recientemente en el 2020 la batalla contra la covid-19 en 42 países con 58 brigadas, las cuales se enfrentaron al desafío de una pandemia global. Este mismo año un grupo de médicos cubanos acudió de inmediato a Turquía ante los terribles terremotos ocurridos en febrero.
La gratitud es el mayor premio del ejercito de batas blancas de Cuba. Su esencia humanista enraizada en múltiples lugares del planeta me hacen recordar la frase que escuché hace algunos años en Guatemala, en la tierra del Quetzal: “Primero dios, luego los médicos cubanos”.