Las playas de Machurucuto huelen a Cuba. Es que ahí, en la costa venezolana de Miranda, retoñan fuertes las raíces solidarias de la Isla. Ahora, con la salud que reparten nuestros médicos; antes, con la sangre que Antonio Briones Montoto y sus compañeros mezclaron con las aguas del Caribe, por una Venezuela mejor.
En las mismas arenas donde cayeran Tony, Pedro Cabrera y Gilberto Pico, hace 56 años, colaboradores de las Misiones Sociales Cubanas rindieron tributo a los héroes. Aquí, un monumento señala el fatídico sitio de ayer, convertido hoy en lugar de culto a la solidaridad entre los pueblos.
Durante la conmemoración de la llamada Gesta de Machurucuto, varios cooperantes cubanos merecieron reconocimientos, por su labor internacionalista. Asimismo, se agasajó el desempeño de jóvenes destacados en varias misiones cubanas, y a integrantes de la Misión Cultura Corazón Adentro se les otorgaron altas distinciones por parte de la Brigada de Instructores de Arte José Martí.
La siembra de un araguaney, árbol nacional venezolano y símbolo de la vida que renace en estas tierras, cerró el tributo a Antonio Briones Montoto y a los héroes cubanos de Machurucuto. Pronto, las flores amarillas que salpican las montañas morochas se adueñarán de una playa mirandina, en custodia de un sitio de culto a la solidaridad entre los pueblos.
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