El voto popular triunfó, ganó la Patria. Cuba tendrá su nuevo Parlamento, conformado por una representación amplia, construida entre todos para enfrentar los enormes desafíos de los venideros tiempos.
Se logró el propósito, pero el mérito es mayor porque las elecciones en Cuba transcurrieron en un escenario difícil, marcado no solo por las complejidades de la situación económica del país, sino además por la perversidad de nuestros odiadores que apostaron –pero no lo alcanzaron-, para que la jornada electoral de este domingo fuera un fracaso.
Le fueron con todo: desde ataques en las redes sociales digitales, noticias falsas, argumentos manipulados para deslegitimar el proceso electoral, ataques que se originaron dentro y fuera del país.
Hasta el último momento blandieron el filo de una espada dirigida a herir en lo más profundo el corazón de la Patria, potenciar ¨votos de castigo¨ e intentar demostrar que las mayorías no respaldaban el proceso social cubano.
Las cifras son la más contundente demostración de la derrota que, una vez más, deberán morder nuestros acérrimos enemigos, que ni les interesamos los cubanos, ni mucho menos la Patria.
Lo confirmó la presidenta del Consejo Electoral Nacional: hubo un 75, 92 por ciento de asistencia a las urnas, el 90 por ciento de boletas fueron válidas, el 72 por ciento votó por todos. Tenemos un nuevo Parlamento electo por 470 diputados.
El 75 por ciento de asistencia a las urnas representa que 6 millones 120 mil 072 cubanos inscriptos en el padrón electoral fueron a votar, un sueño para cualquier nación en este continente.
El 90 por ciento de boletas válidas, refleja no solo la asistencia a las urnas, sino la calidad de ese voto.
Que el 72 por ciento de las boletas escrutadas respaldaran el voto unido, es símbolo de unidad, de sentido del momento histórico, de respaldo total a la Revolución y a sus candidatos a diputados, al mérito individual y además un reconocimiento a la capacidad para representarnos en la Asamblea Nacional del Poder Popular. Es también otro triunfo rotundo.
Las enseñanzas del proceso previo a las elecciones del último domingo deberán ser parte de la labor futura del Parlamento cubano durante su próxima legislatura. Los candidatos entonces, estuvieron durante varias semanas en el ¨cara a cara¨ en las comunidades, intercambiaron sobre los problemas del país y conocieron los de cada localidad; el diálogo resultó abierto, auténtico y comprometido.
Nadie duda que cuando se conocieron los resultados de los comicios del domingo, cualquiera de los vecinos que tuvo la oportunidad de compartir durante esos momentos, o en cualquiera de esas semanas, sintió orgullo. Podría decir ¡Yo estuve ahí, y hablé con mis candidatos, los conozco bien!
Es el mejor argumento para desmontar odios porque dudo hoy que nuestros enemigos desplieguen titulares en su ya avinagrada agenda contra Cuba. También digo como el Presidente, me resbala lo que digan.