La Habana, Cuba.- Cualquiera de los directores mandantes en la 48 Serie Nacional darían lo que no tienen, por atravesar la interesante encrucijada del mentor Juan Castro, al frente de Sancti Spíritus, quien tiene dos receptores de lujo y apenas utiliza uno.

Siempre escuché decir que en el béisbol juega el que más batea, razón poderosa para afirmar que no valen los nombres ni méritos pasados.

Eriel Sánchez es un excelente defensor detrás del plato y quién lo pone en dudas Sin embargo, a la edad de 35 años, su rendimiento parece entrar en la lógica curva de descenso, mientras el joven Yenier Bello está en el esplendor de recién comenzada carrera en idéntica posición.

El muchacho jugó las dos temporadas anteriores en Camagüey y las oportunidades recibidas le permitieron desarrollar el talento muy rápido.

De regreso a casa, la única plaza disponible era la de bateador designado y también supo aprovechar la oportunidad, hasta el punto de acumular diez jonrones en las 26 presentaciones de Sancti Spíritus.

Esa misma cifra las consiguió en toda la pasada campaña y las perspectivas de la presente apuntan a unos 25, cantidad que lo pondría a la altura de Yosvani Peraza y Rolando Meriño, otros dos receptores con similares posibilidades.

Anoche, cuando su equipo ganaba por la mínima 5 x 4, a la altura del noveno, aprovechó un buen envío del relevista Alexander Rodríguez y puso la bola a viajar fuera de los límites del parque guatanamero Nguyen Van Troi para impulsar las tres decisivas en triunfo final de 8 x 6.  

Ojo con el muchacho, capaz de ganarse un puesto a batazos limpios, sin pedir permiso… dentro del seleccionado nacional.