La Habana, Cuba.- Solo el formidable comportamiento de Villa Clara (41-16) en los 57 celebrados, echa a un lado los resultados de Ciego de Ávila en la 48 Serie Nacional y saben porqué.

La estabilidad en todos los órdenes es la palabra clave que explica con claridad lo obtenido, por supuesto, sin reconocer individualidades a cargo de Yorelvis Charles y Yoelvis Fiss bate en mano o los 17 salvamentos logrados por Valeri García.

Ellos constituyeron las bujías fundamentales, aunque no las únicas, pues méritos propios también presentan el dúo formado por el camarero Mario Vega y el torpedero Yorbis Borroto alrededor del segundo cojín o el cerrojo defensivo de Lisdey Díaz detrás del plato.

Junto a Villa Clara mantienen la calidad del certamen con actuaciones que mantienen algo apartado al indiscutible favorito Santiago de Cuba, aunque los indómitos tienen material humano suficiente para tomar la palabra durante la postemporada.

El panorama de la zona oriental parece bien definido y en el renglón de las posibilidades clasificatorias falta la mención a Holguín, ya que Camagüey concluyó la primera parte del torneo con el tanque vacío.

Junto a los de Camagüey, los restantes contendientes llevarán el consuelo de las experiencias vividas, sobre todo en el caso de Las Tunas, conjunto incomparable al ocupante del octavo lugar en la tabla final del campeonato.