La Habana, Cuba.- Los grandes son grandes siempre y dicha máxima en términos beisboleros no pudieron demostrarla los ahijados de Luis Ulacia en el parque Cándido Gonzáles, donde los yumurinos de Wilfredo Menéndez, equipo de menores posibilidades le ganó dos de los tres desafíos celebrados.

Los visitantes no creyeron en que la dirección agramontina sacara a sus mejores cartas en el pitcheo y sin el menor asomo de presión, ante un público que apoyaba a sus favoritos, realizaron lo suyo.

En la jornada dominical cayeron bien temprano sobre los lanzamiento del veterano Luis Campillo y, en un abrir y cerrar de ojos, lo mandaron a las duchas, pues no pudo completar siquiera dos entradas y dejó pizarra adversa de 4 x 0.

Otros cinco serpentineros tampoco consiguieron contener a la caliente artillería y la definición, a manera de tiro de gracia, llegó en la parte alta del octavo, cuando fabricaron racimo de siete carreras y sellaron la victoria por fuera de combate 13 x 3.

Matanzas está muy lejos de las posibilidades de clasificar, aunque son capaces de ponerle obstáculos a cualquier contrario, dentro o fuera de casa.

La carencia de un cuerpo de lanzadores con mayor profundidad conspira contra todo tipo de aspiración y, en ocasiones, la efectividad de los relevistas intermedios dejó escapar ventajas ganadoras.

Camagüey está obligado a conservar la estabilidad hasta llegar a la mitad justa del calendario (45 juegos), porque tiene cuatro rivales que se las traen en Villa Clara, Ciego de Ávila, Holguín y Santiago de Cuba, sin discusión los cuatro equipos favoritos a obtener igual cantidad de boletos clasificatorios.