La Habana, Cuba.- Ni los propios seguidores del equipo Matanzas recuerdan la última vez que sus consiguieron clasificar para la temporada. Sin embargo, es posible refrescar la memoria y decir que eso nunca sucedió bajo la actual estructura de 90 choques calendariados.

Tampoco un conjunto con ese nombre llegó a conquistar el gallardete, pues en 47 ediciones anteriores de las series nacionales, ellos apenas pudieron celebrar las victorias en cuatro ocasiones: Henequeneros (1970, 1990,1991) y Citricultores (1977,1984).

Hace rato añoran los mejores momentos vividos en la provincia pionera de la práctica del deporte de las bolas y los strikes en Cuba (desde 1874), pero los últimos cuatro campeonatos siquiera pudieron acumular 30 victorias.

La situación es crítica en extremo y los encargados de llevar adelante en la disciplina buscaron fórmulas y más fórmulas, entre ellas el constante cambio de directores, lo cual jamás produjo variantes positivas, sino lo contrario…

Ahora llevará las riendas el joven Wilfredo Menéndez, quien jugó varios años y llega imbuido de buenas intenciones, aunque lo último no basta para triunfar.

La retirada del zurdo Lázaro Garro (19 campañas en la lomita de los matanceros) deja en la línea de los veteranos a los jardineros Yondry Garlobo (líder de los bateadores el pasado año con 398) y Vaisel Acosta, además del prometedor torpedero Yadil Mujica.

El cuerpo de lanzadores y la receptoría, dos renglones vitales, resultan verdaderos lunares, sobre todo frente a la inmediata realidad del calendario de 90 partidos a enfrentar.

Parece poco probable que Matanzas cumpla las aspiraciones de sumar 40 triunfos y darle alcance a la Isla de la Juventud. De momento, lo más lógico será pensar en la posibilidad de superar, en este orden, a Cienfuegos y Metropolitanos, otros dos que andan de mal en peor.