La Habana, Cuba.- Un astronómico 295 en lo colectivo y 78 atletas promediando por encima de 300 son números que, sin duda alguna, “afean” un poco el trabajo de los lanzadores en el actual Campeonato Cubano de Béisbol, inmerso ya en su último tercio de campaña.
Esas cifras distan mucho de lo que en realidad pudiera ser un certamen equilibrado, por lo que resulta imperativo encontrar fórmulas para el ajuste de esos dos importantes renglones del juego de béisbol: bateo y pitcheo.
Otros datos que ilustran lo señalado más arriba son el que seis equipos promedian por encima de 300, el primero de ellos, Ciego de Ávila, con 330 de average, y el de más bajo promedio, Cienfuegos, aparece con 281, número éste apropiado, incluso, para todo un torneo.
Y aquí van otros: se han conectado hasta la fecha 10,617 imparables, es decir,
20,11 por desafío; los bateadores han recibido 4,433 boletos, 8,40 por encuentro y tenemos 5,942 carreras anotadas, 11,25 por juego. Si a los hits y bases les incluimos los pelotazos propinados, 850, y todo lo dividimos por los partidos desarrollados, 528, la operación nos indicará que se han embasado 30,11 hombres por cada cotejo.
Las estadísticas del evento también nos señalan que se lanza para un pobre promedio de 5,10 y que el conjunto de mejor cifra, otra vez Ciego de Ávila, lo hace para 4,06. Solo dos lanzadores, Yadier Pedroso y Yunieski Maya, están por debajo de dos limpias: 1,56 y 1,82, y otros dos, Maikel Folch y Wilber Pérez, por debajo de tres: 2,66 y 2,98.
Para concluir, lo siguiente: se han conectado 870 cuadrangulares, para promedio de
1,65 por desafío y se defiende para 973, con 1,148 errores, es decir, 2,17 por encuentro, cifras éstas ya alarmantes.
El béisbol cubano es altamente reconocido en todo el planeta, siempre lo ha sido.
Pero se hace imperativo mejorar con creces nuestro pitcheo y nuestra defensa en el terreno. Que esta desaforada ofensiva, incrementada tras la conclusión del Segundo Clásico Mundial, no nos impida ver la verdadera realidad.