La Habana, Cuba.- Con nombre sugerente, porque desde el comienzo del béisbol en nuestro país, ese nombre gozó de preferencia entre los seguidores del deporte de las bolas y los strikes, los habaneros en poco más de tres décadas nunca pudieron celebrar la conquista del gallardete.

Solo una vez, en el 2004, discutieron el título frente a Santiago de Cuba y fueron derrotados por Santiago de Cuba, pero ahora el mismo mentor de entonces, Esteban Lombillo pretende dar en el centro de la diana.

Por supuesto, la tarea será bien difícil, porque el ataque constituye el punto flaco a la vista y así salieron de la pelea el pasado año en la primera ronda, cuando Pinar del los liquidó en cuatro choques (3-1).

El ataque de los Vaqueros apenas pudo anotar diez carreras y el promedio ofensivo fue de 246, sin la posibilidad de sacar una sola bola del parque en la casa propia o fuera de ella.

En franco contraste, los lanzadores trabajaron con notable efectividad y en el calendario regular lideraron a los restantes conjuntos, luego de trabajar para excelente promedio de 3.20 carreras limpias y ganar 61 desafíos, similar cantidad que el titular defensor Santiago de Cuba.

Ahora, la situación es bastante parecida, aunque el cambio del sistema competitivo zonal, clasificarán cuatro por Occidente y otro tanto sucederá en el Oriente.

La Habana debe pasar a la postemporada sin mayores contratiempos y el gran conflicto lo encontrará en la siguiente ronda, sobre todo si vuelve a medirse con los vueltabajeros, quienes llevan tres buenos abridores en Pedro Luis Lazo, Vladimir Baños y Raidel Miranda o Yunieski Maya.