Aunque los historiadores refieren diversos momentos  para precisar los orígenes del deporte denominado base-ball (béisbol), solo uno  logró definir la etimología del nombre. 
                           
  La revisión de numerosos archivos me llevaron hasta  la obra Pelota, bate y Obispo (1938),  redactada por el estadounidense William Henderson, jefe de la sala de lecturas  de la Biblioteca Pública de Nueva York. 
   
  Allí trabajó Henderson durante 35 años y pudo  llegar a conclusiones muy acertadas, en lo relativo a los antecedentes de esta  y otras disciplinas que utilizan pelotas o balones. 
   
  Los estudios realizados sobre diversas ceremonias  de corte religioso pertenecientes a la prehistórica civilización egipcia, le  permitieron establecer un lógico paralelismo con la posterior Era Cristiana. 
   
  Así nos remite a Inglaterra (1253), donde era  conocida la versión del juego llamado stoll  ball (pelota de taburete), consistente en colocar a cuatro jugadores  delante de los referidos asientos. 
   
  Mientras tanto, otro intenta golpear la pelota con  un madero y corría más tarde para tocar cada taburete, algo muy parecido al  recorrido de las bases en el béisbol. 
   
  Asegura el bibliotecario Henderson, que en el  antiguo inglés el taburete recibía el nombre de cricket o criket, lo cual  dio el apelativo al popular juego británico. 
   
Las primeras  referencias a la palabra base-ball,  admitida posteriormente como béisbol,  es mucho más anticuada de lo que pudiera imaginarse. 
 
Sugiere Henderson  haberla encontrado en un texto publicado hace más de 150 años y en el cual se  le atribuye su paternidad al clérigo Thomas Wilson, nacido en Maidstone,  Inglaterra, quien escribió en un diario de viaje lo siguiente:  
 
“He visto bailar al  Moris y jugar a los barrotes, al base-ball y al cricket en el Día del Señor”. 
 
También señala el  propio investigador que en un libro para niños titulado A little pretty pocket, Londres (1744), John Newbery establece  experiencias personales de un juego llamado base-ball.  
 
Allí aparecía una  ilustración, grabada en madera mostraba a unos pequeños jugando algo parecido  al béisbol. 
Casi un par de  décadas más tarde, una edición pirateada por el impresor Hugh Gaine, Nueva York  (1762), bajo el título A little pretty  book, recogió por primera vez el término base-ball en los Estados Unidos.  
 
De lleno en el  siglo XIX, Honoratio Smith, Nueva York (1831), expone: “Los hombres jóvenes son  expertos en una variedad de juegos con pelotas, tales como el cricket, rounders  y base-ball. 
 
A modo de resumen,  Robert William Henderson destaca: “En toda Nueva Inglaterra, entre los años  1800 y 1840, los jóvenes tuvieron varios entretenimientos con pelotas.  
 
La evolución del  base-ball en el período del rounders hasta la forma de town-ball dieron lugar a  la americanización conocida en la década del 1840 como New York Games”. 
 
El juego de town-ball fue introducido en  Pennsylvania (1831), pero exactamente la variante del New York Games comenzó a  practicarse en esta ciudad en 1842.  
 
El town-ball tuvo cinco postes en cada una  de las esquinas de un cuadrado oblongo, entre ellos la base nombrada home-plate, donde se colocaba el  bateador.  
 
Mientras que el New York Games redujo el número a cuatro  y esa primera transformación permitió el bautizo del nuevo deporte con la  palabra base-ball en la ciudad  neoyorquina. 
 
Sin embargo,hace buen rato, en Cuba y otros países  de la Cuenca del Caribe la simplificación ganó la partida y sus seguidores  prefieren identificarlo como juego de  pelota o pelota. Escoja usted.                            |