La posibilidad de conversar con este inquieto moreno, con estatura de 1,87 centímetros y con medio siglo de existencia, porque nació el 10 de octubre de 1957. ¡Qué fecha amigo lector!
Hago la necesaria salvedad, pues ese día los cubanos lo consideramos como Fiesta Nacional, debido a que marcar en inicio de la Guerra de Independencia, iniciada en igual fecha de 1868, por Carlos Manuel de Céspedes, reconocido El Padre de la Patria.
¡Tremenda casualidad! Y tal vez quienes lo vieron lanzar durante 20 años exactas en las series nacionales, en las cuales recorrió la totalidad de los terrenos beisboleros del país, como bien dice: “Sin perderme uno solo, grande o chiquito”, aceptarán la afirmación de que el negro era un verdadero león frente a los bateadores rivales.
A Lázaro usted nunca debe preguntarle ¿qué bateador era mejor? Su respuesta es rápida, tajante: “Chico, para mí todos son peligros con el aluminio o la madera en la mano. Lo mío era buscarle el punto más débil y hacía allí tiraba la bola”.
Muchos decían que tu carácter siempre fue tu principal enemigo.
-Para aquellos que nunca jugaron a la pelota o practicaron otros deportes así le pudo parecer. Yo respetaba mucho al público y a los adversarios, entonces en cada salida trataba de hacerlo bien y lo de la agresividad en mis movimientos era parte del trabajo. Tampoco te oculto que me divertía, disfrutaba mucho”.
¿Qué pasaba cuando te daban un buen batazo, sobre todo con hombres en base?
-Oiga compadre, ahí si que el negro se podía serio de verdad y trataba de que el siguiente bateador pagara los platos rotos”.
¿Tirabas pelotazos intencionales?
-Jamás en la vida hice eso, podía ser peligroso y qué culpa tenía ese hombre de error que yo cometí. No, no, lo mío era dominarlo, sin lastimarlo, por supuesto”.
Lázaro comenzó desde pequeño en los trajines de los bates y los strikes, siempre quiso hacerlo con muchachos mayores debido a que cuando cumplió 12 años de edad, parecía tener 15. Ellos lo aceptaban…
-En realidad, aunque poseía un buen brazo y le daba bien a la pelota, por ello me utilizaban en los jardines, el hecho de querer dentro del juego me inclinó hacia el pitcheo”.
Aunque no hace alarde de la prodigiosa memoria, si lo provocan es capaz de contarle al detalle los triunfos y fracasos de mayor envergadura, sin pasar por alto algún comentario chistoso, acerca de lo ocurrido.
Por ejemplo, recuerda que el 24 de diciembre de 1978 alcanzó el primer triunfo en el máximo nivel del béisbol cubano, cuando derrotó al seleccionado Henequeneros, defensor de la provincia de Matanzas.
Tampoco puede olvidar la primera vez que vistió el uniforme con las cuatro letras de CUBA, en ocasión de la Copa Intercontinental, celebrada en Ámberes, Bélgica (1983).
Quizá el mes de abril resultó el de mayores momentos inolvidables y ahí aparecen, la fecha del 24 (1986), durante la XII Serie Selectiva, oportunidad en la que sumó la victoria número 100 ante Camagüeyanos.
Ni qué decir del 15 (2001), de singular importancia al conseguir el triunfo 200 a manos del conjunto Cienfueguero, justo a la edad de 44 años y aspiraba a llegar a 250.
Sin embargo, algunos federativos y directores capitalinos lo consideraban un “viejo”, razón por la cual perdió tres valiosas campañas.
Sobre el tema ni siquiera desea hablar, ya que fueron tres años terribles, a pesar de que siempre finalizó entre los máximos ganadores en los campeonatos provinciales.
¿Qué hay de cierto en una retirada fantasma en 1996?
-Aquello fue una locura. Imagínate que estaba en casa y me trajeron un periódico que anunciaba mi presencia como lanzador en Colombia. Cuando solicité explicaciones, nadie supo responderme y decidieron enviarme con otros atletas veteranos a Japón.
Por allá estuvieron en ese tiempo, entre otros “retirados”, Javier Méndez, Lázaro Junco y Gabriel Pierre En el año 1997 lancé con el club Sidas, de la liga semiprofesional japonesa, y creó que lo hice bastante bien, porque gané 11 y perdí dos. ¿Qué usted cree?
Como cada conversación tiene un final, ahora el diálogo con mi amigo Lázaro también lo tuvo y puedo afirmar que pasé par de horas de franca conversación con este hombre, duro a toda prueba, según confiesa en la despedida al decirme:
“Acabo de cumplir media rueda (50 años de edad) y si me lo propongo aún puedo sacar unos cuantos out. No dejes de ponerlo en la entrevista.
ACTUACIÓN DE LÁZARO DE LA TORRE EN EL BÉISBOL CUBANO |
SN |
Jl |
JI |
JC |
EL |
JG |
JP |
JS |
BB |
K |
L |
P.C.L |
20 |
516 |
337 |
161 |
2818.1 |
208 |
139 |
32 |
998 |
1713 |
26 |
3.30 |
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