Los azules levantaron tienda de campaña propia en la barriada habanera del Cerro
Ni siquiera los más avezados historiadores del béisbol cubano, incluso aquellos que vivieron la época del nacimiento del club se atreven a identificar con certeza, a quién o quiénes pertenece el slogan de corte publicitario.
El club Almendares aparece entre los pioneros del béisbol cubano, ya que fue fundado en el año 1878, por iniciativa de los hermanos Carlos y Teodoro Zaldo, quienes también figuraron como jugadores del equipo.
A ellos los acompañaron en el empeño Antonio (El Vizcaíno) Alzola, Leonardo Ovies, Alfredo Lacazette, Alejandro Reed, Zacarías Barrios, Alfredo Standhope, Adolfo Nuño, Fernando Zayas, Joaquín Franke, N. Barbón y Eduardo Delgado.
Desde su inicio, fue bautizado con el simbólico nombre de los "Alacranes" y adoptaron como emblema el color azul. El Almendares tuvo como sede un terreno ubicado en el reparto Tulipán, perteneciente a la barriada capitalina del Cerro, y cada domingo muchos de los seguidores de la enseña azul asistían con sus respectivas familias.
Las posibilidades económicas de los residentes en la zona, contados la mayor parte de los peloteros integrantes, casi de inmediato estableció una diferencia entre los asistentes que colmaban los graderíos, frente a aquellos que visitaban la instalación ubicada en la zona del Vedado, justo en la calle Línea y G, donde los del Habana tenían el cuartel general.
El primer campeonato lo ganaron 1893-94, dirigidos por Ramón Gutiérrez y lo integraban los siguientes peloteros: Eugenio de Rosas, Esteban Prats, Alfredo Hernández, José Manuel Pastoriza, Manuel López, Antonio María García, Francisco Delabat, Rafael Hernández, Evaristo Cacharro y Manuel Martines.
El Almendares tomó parte en 71 campeonatos, terminando 25 veces en primer lugar, 24 en segundo, 14 en tercero y 8 en cuarto. Participaron en 2,826 encuentros, con 1,522 victorias y 1,304 derrotas, para un promedio de 0.539.
Un detalle histórico es que la primera protesta de un juego que se produjo durante la segunda temporada en 1879-80, la ganó el Almendares porque el Colón había presentado a dos peloteros norteamericanos, George McCullar y Tim Mack, quienes fueron los primeros en ingresar en las justas invernales.
Cuando fueron inscriptos los estadounidenses, ningún conjunto los objetó, pues se pensó que aquella nueva novena no tendría el suficiente dominio del juego, para ser un oponente de consideración frente a los equipos capitalinos.
Pero el 23 de noviembre de 1879, el lanzador George McCuliar demostró sus facultades, imponiendo un record al ponchar a 21 bateadores del Habana, además de contribuir al triunfo con un descomunal jonrón.
Los Rojos protestaron pero la misma no fue tomada en consideración. Tres semanas más tarde, 14 de diciembre, el Colón volvió a derrotar al Almendares y repitieron la protesta, aunque esa vez resultó tan enérgica que los dirigentes del Colón decidieron retirarse.
El 4 de enero de 1880, el Almendares logró la primera victoria de su historia contra el Habana, 24-10, pero no pudieron impedir que los Rojos ganaran la competencia dirigidos por Esteban Bellán.
Hacia 1882, una nueva directiva tomó las riendas del equipo, con la intención de aumentar la popularidad entre los seguidores y el primer paso consistió en arrendar un terreno en la calle Carlos III, situado dentro de los límites de la Quinta de los Molinos y allí se llevó a cabo la edificación del Almendares Park, donde, además del diamante beisbolero, quedó instalado un hipódromo, el campo de tiro de pichón y una glorieta dedicada a los bailadores.
Los denominados eternos rivales, Habana y Almendares, dominaron durante varios años, los campeonatos invernales cubanos, pero justo es señalar que en el plano nacional estos dos equipos disponían de mayores recursos y poco a poco, ya en los inicios de la década de 1930, esos torneos comenzaron a perder interés en el fervor de la fanaticada.
Tal vez, lo que bien pudiéramos calificar de resurrección de los certámenes se inició en 1944, cuando un grupo de distinguidos deportistas del Vedado Tennis Club, adquirió el control del Almendares y otros lo hicieron para completar los cuatro tradicionales conjuntos: Habana, Almendares, Cienfuegos y Marianao, los cuales se mantuvieron de manera permanente hasta la desaparición del béisbol rentado (1961).
A partir de ese año, fue dirigido a través de una junta directiva, compuesta por los señores: ingeniero Mario Mendoza, presidente; Doctor Julio Sanguily, tesorero; Doctor Juan Portela, secretario. Y los vocales: Luis Aizcorbe, José Gomes Mena, Raúl Perera, Indalecio Pertierra, Julio Pertierra, Generoso Castro, Eugenio Sardinas y Martín Menocal y Miguel Monchy de Arcos.
El momento glorioso del conjunto ocurrió en 1946-47. Se encontraban a juego y medio de los Leones, con solo tres desafíos por efectuar, siendo todos precisamente frente a los eternos rivales. Max Lanier y Agapito Mayor barrieron en los tres partidos a los Rojos y a los Azules ganaron un campeonato increíble.
La jugada crucial aconteció, cuando Miguel Angel González, buscando más poder al bate, colocó a Carlos Blanco en el jardín derecho y este perdió un fácil batazo, hacia su territorio, cambiando la decoración del segundo encuentro.
A los Alacranes les cupo el honor de resultar triunfadores invictos, en la primera serie del Caribe, celebrada en el Gran Stadium de La Habana, en febrero de 1949.
A manera de interesante curiosidad es posible señalar que el Almendares intervino en el primer juego de béisbol del campeonato (1878-1879) y también lo hizo en el último (1960-1961).
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