Caracas, Venezuela.- Con luces y sombras que se entremezclan, Caracas impresiona. Hay lugares hermosos salpicados de dolor y sitios donde lo bello no está en edificios y arboledas, sino en la gente. La capital de Venezuela es una ciudad de equilibrios.
Y justo en esa sucesión de rincones mágicos, cuando la urbe se diluye en autopistas, aparece El Limón, una humilde comunidad de casitas y cerros de la periferia caraqueña, donde un CDI de la Misión Médica Cubana contribuye al perfecto balance capitalino.
Con 21 colaboradores a disposición de los 75 mil habitantes de la zona, el Centro de Diagnóstico Integral “Alberto Granados” es, sin dudas, el punto de equilibrio de El Limón. Aquí, según el coordinador, doctor Misael Suárez Díaz, se agradece un servicio abierto las 24 horas.
“Contamos con salas de Urgencia, Emergencias, Hospitalización y Medicina, Laboratorio Clínico, Ultrasonido, Odontología y Rehabilitación, donde existe el servicio de Podología.”
Escuche y descargue desde nuestro Canal iVoox la propuesta radial.
Por sus características geográficas y sociales, la comunidad de El Limón reta a los médicos cubanos con patologías crónicas no transmisibles que, más que curar, nuestros galenos intentan prevenir.
“Abundan la Hipertensión Arterial, la Diabetes Mellitus y el Asma Bronquial, así como las enfermedades respiratorias agudas. Se debe, sobre todo, al clima de montaña de esta zona y a los hábitos alimenticios de la población, que estamos obligados a reeducar, con el fin de que no enfermen tanto por este concepto.”
Unos 150 pacientes se atienden, a diario, en el CDI “Alberto Granados” y en los 13 Consultorios Populares que aseguran que la salud llegue Barrio Adentro. De acuerdo con el doctor Misael Suárez, los resultados hablan de un impacto real en el bienestar de la gente.
“Hay agradecimiento de la gente. Se trata de una población humilde, que necesita de nuestra atención y muestra su gratitud. Incluso, cuando no podemos resolver aquí el problema de salud que presenta algún paciente, se remite a otra institución y ellos se van agradecidos.”
Como toda ciudad de equilibrios, la capital venezolana impresiona. Hay sitios hermosos, pero por suerte, también otros en que la gente y los abrazos son los que te arrancan suspiros: rincones mágicos, como El Limón, la humilde comunidad de casitas y cerros donde médicos cubanos contribuyen a que Caracas se vea y se sienta bella.