Dentro de la historia de la televisión en Cuba (según Oscar Luis López), el emporio empresarial de los hermanos Mestre dominó la situación.
El tiempo, convertido en enemigo permanente de Gaspar Pumarejo, lo condujo a la crisis, aunque más tarde reapareció en la escena de la competencia como promotor de una nueva serie de programas y concursos de televisión que volvieron a enriquecerlo.
Lo cierto es que Goar Mestre asumió la televisión sin alterar las estructuras de su empresa. Todo lo contrario: en el orden comercial, los programas de televisión, lejos de ser una dificultad para él, vinieron a reforzar su sistema.
A esta altura del tiempo (inicios de los años 50), los negocios que se gestaron en el cuartel de los Mestre en Radio Centro, lo convirtieron en un empresario más fuerte, poderoso y productivo.
El interés de su empresa se concentró en la televisión y subestimó a la radio, a pesar de que, en sus primeras etapas, la televisión sólo dejaba perdidas, por su alto costo de operación y el limitado número Curiosamente los ingresos que por concepto de la publicidad aportó la radio compensaron las pérdidas que en sus inicios provocó la televisión.
En cambio, la doble operación comercial entre la radio y la televisión, le dio a los Mestre la ventaja: paradójicamente, sus competidores, solo operando sistemas de televisión, no tenían la forma de equilibrar su contabilidad.
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