Cuenta la historia de Cuba que, con el desarrollo de la economía cubana, comenzaron a aparecer las primeras contradicciones entre los intereses de los criollos y los del poder de la metrópoli.
Las primeras contradicciones estuvieron en el monopolio comercial que ejerció España con sus colonias, ya que el único comercio permitido era el que controlaba la Casa de Contratación de Sevilla y, en América, los puertos autorizados.
Esta situación condujo al crecimiento del contrabando, sobre todo fuera de La Habana que era la única villa beneficiada por el sistema de flotas.
Hay que recordar que uno de los primeros enfrentamientos por diferentes intereses fue narrado en la obra literaria Espejo de Paciencia, de Silvestre de Balboa, la que es considerada la primera obra literaria conocida que refleja la nueva cultura criolla que estaba naciendo en Cuba.
Los sucesos narrados en la obra tuvieron lugar en Bayamo, donde se practicaba el contrabando, como única forma de comerciar sus productos, con los llamados “bucaneros”, y se produjeron después de que el gobernador de la Isla envió tropas para eliminar esa práctica. Las tropas fueron rechazadas por la población y obligadas a retirarse.
El hecho que se narra en la obra fue el secuestro del obispo, Juan de las Cabezas Altamirano, por el bucanero Gilberto Girón, para cobrarle las deudas que había contraído, lo que provocó que los bayameses fueran al rescate del obispo y que el negro criollo Salvador Golomón diera muerte al bucanero.
Si bien la obra literario Espejo de Paciencia cuenta sobre la heroicidad de los criollos de Bayamo, lo cierto es que los bayameses se enfrentaron a la autoridad que representaba a la Corona en defensa de sus intereses locales, los cuales después se pusieron en peligro con la acción del bucanero Gilberto Girón.
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