Manzanillo, Granma.- Para el manzanillero Rogelio Batista Olivera, no existe nada más gratificante y enternecedor que sentarse a la vera de la amplia explanada donde el verdor reina y se pierde en el horizonte.
Hace treinta años, este corpulento hombre de un metro y 90 centímetros de estatura heredó de Arcadio, el padre, la finca familiar de Caño Adentro y junto al hermano Arcadio Batista Castillo y los primos Jorge Luis y David Batista Tamayo y Luis Alberto Batista Figueredo puso manos a la obra.
Hoy, Rogelio es distinguido como uno de los mejores productores de frijol de este costero municipio de la oriental provincia de Granma. A punto tiene 18 hectáreas de tres variedades de ese grano: fasiolo blanco, inivit blanco y buenaventura, que cosechará en febrero.
Todos son de buenos rendimientos, pero el mejor es el último y debe ser por esta tierra, que es muy fértil. Cosechamos tonelada y media por hectárea y planificamos ahora poco más de veinte.
– ¿Cuál es el secreto para tener buenos resultados con el frijol?
– No es nada del otro mundo: darle las atenciones culturales que lleva empezando por la preparación del suelo que es el eslabón principal al “arrancar”. Es decir, una buena preparación de suelo, el riego y los fertilizantes…
– Veo que tienen la finca como un paraíso, hasta con río cerca…
– Nos hemos preocupado por los sistemas de riego y tenerlos al “kilo”. Funciona bien. Nosotros amanecemos aquí en el campo y nos “recogemos” por la tarde en esta temporada, que es la más fuerte porque tú sabes que la primavera es un poco más suave.
– Está cara la venta de frijol para el pueblo…
– Sí, está caro todavía. Que disminuya depende de mayores niveles productivos y que nadie “bobee” y “pase” el alimento para los revendedores. Todo tiene que ir a la industria. Aquí en el Uvero somos unos siete hombres los que nos dedicamos a esto.
– Pero dicen que usted es el rey del frijol…
– (Sonríe a carcajadas y responde) Ná, solo es mucho trabajo y el premio esto que ves. También sembramos yuca, boniato y calabaza y cuando coseche el frijol cubriremos esa área con maíz; además incursionamos en la elaboración de melado de caña para vender a los productores de dulces.
Lo dice Rogelio Batista Olivera, el gigante de Caño Adentro, comunidad rural desde donde crece cada amanecer en la voluntad de echar pa’lante, de juntar y vencer con el esfuerzo y el sudor, con la consagración al trabajo digno y honrado.
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