Cuando Pacho Alonso comenzaba su espléndida carrera grabó una canción que rápidamente se convirtió en éxito. El santiaguero abrió el camino con lo bailable y por ese rumbo se encargó de varios ritmos que logró imponer. Pero la crítica siempre señaló que lo de él era el bolero.
Durante la primera mitad del siglo XX, las producciones cinematográficas argentinas contaron con algunos temas que formaban parte del entramado dramático del guion. No era necesario que fuera un filme musical, pero en aquellos días el público esperaba que los protagonistas entonaran algún estreno.
Niebla del Riachuelo fue compuesta a pedido por el director Luis Saslavsky, quien necesitaba un tema para su película La fuga, y le calzara bien a Tita Merello, estrella del film.
El director no podía desaprovechar la presencia de la Merello, pero tampoco podía ofrecerle una pieza menor para estrenar y por eso recurrió a la dupla conformada por el poeta Enrique Cadícamo y el pianista y compositor Juan Carlos Cobián, autores de Nostalgias, partitura que muchos después inmortalizaron.
Poco más tarde, los autores le hicieron escuchar la nueva creación al realizador de La fuga y después de varios minutos de silencio, Saslavsky se levantó y los abrazó emocionado por lo que acababa de escuchar.
En el film, un contrabandista mujeriego, interpretado por Santiago Arrieta, es perseguido por un policía encarnado por Francisco Petrone. Al escapar, es ayudado por los mensajes que su amante, una de las grandes creaciones de Tita Merello, le transmite en clave por medio de los tangos que entona en un programa de radio.
La fuga se estrenó el 28 de julio de 1937, recibiendo las mejores críticas de la prensa y convirtiéndose en uno de los éxitos de taquilla de la temporada. Impulsado por su buena repercusión y la interpretación de Tita, el tango Niebla del Riachuelo comenzó a ser una de las partituras más codiciadas por las orquestas típicas y los cantantes de ese tiempo.
Niebla del Riachuelo es, indudablemente, una letra exquisita y sensible que radiografía un lugar y un sentimiento. La profundidad de su esencia hace que este tango solo pueda ser interpretado por aquellos cantantes que, además de la técnica, apelan a la profundidad emocional de lo que están cantando.
Los más viejos recordarán a Tita Merello cantando El Choclo en memorable filme. Pero van a disculpar los ruidos por la música de una película de 1937.
Hemos dicho que la profundidad de Niebla del Riachuelo hace que este tango solo pueda ser interpretado por aquellos cantantes que, además de la técnica, apelan a la profundidad emocional de lo que están cantando. En eso Pacho Alonso mostró toda su maestría cuando lo hizo bolero…
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