Cuando se iniciaba la década de los ochenta, una canción nacida de lo más profundo de los llanos venezolanos llegó al mercado musical y se impuso de manera rotunda.
Era “Caballo viejo”, una canción con letra y música de Simón Díaz, integrante del álbum Golpe y Pasaje, que a partir de ese instante ha sido objeto de valiosos reconocimientos y es considerada entre las más famosas e importantes canciones llaneras del país sudamericano.
Simón Díaz nació entre vacas y flores de Araguaney a las ocho de la mañana del 8 de agosto de 1928 en Barbacoas, un pueblito mojado por las aguas del Guaricó, en el estado Aragua.
Simón era un muchacho cuando conoció al dominicano Billo Frómeta, poseedor de una orquesta que animaba los balcones y los techos rojos de la vieja Caracas, y él lo admiraba desde su inquieta adolescencia.
Quería imitarlo algún día, pero lo que hizo fue convertirse en uno de los folkloristas más respetados de Venezuela y toda la América del Sur. Un viernes de marzo del año 1979, con 51 años, compuso “Caballo viejo”, una singular canción de amor que ha sido cantada en casi todos los idiomas del mundo y grabada profesionalmente más de ochenta veces.
“Caballo viejo es un canto al amor otoñal, un himno a la tarde enamorada del hombre”, dijo Simón en su momento con los ojos dilatados por el entusiasmo y el orgullo de ser su autor.
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