La emisora Mil Diez ocupó un lugar importante en las investigaciones del historiador de la radio Oscar Luis López. Y no era para menos.
El papel desempeñado por esa emisora estuvo encaminado a convertirse en una potente emisora que capaz de actuar como la voz del partido de los trabajadores y del pueblo.
En el orden de los términos históricos de producción y desarrollo de los medios de comunicación con las masas, el periódico Hoy había ocupado ya, en 1943, el primer lugar, más allá de la circunstancia meramente cronológica; la Mil Diez desempeñó un rol complementario en el afán de difundir las ideas más progresistas.
El tema musical escogido para identificar la emisora constituía la definición de su ideología.
Se seleccionó la pieza La Bayamesa, de Céspedes y Fornaris.
Por entonces ninguna emisora cubana, excepto la COCO del maestro Casas Romero, que escogió en 1933 identificación el tema de su autoría, El mambí, empleó música nacional.
En el ambiente musical de 1943, donde había mucha presencia de música extranjera (fundamentalmente estadounidense), escoger esa música como tema de una emisora cubana era algo insurgente y comprometedor.
La primera orquesta que tuvo la Mil Diez, estuvo formada por dieciséis músicos.
El maestro Enrique González Mántici fue el encargado de formar y dirigir esa agrupación. Al crecer la orquesta fue llamado el maestro Adolfo Guzmán y nombrado Director Musical de la emisora; Guzmán y González Mántici hicieron los arreglos pertinentes para la inclusión de nuevos músicos.
Con el tiempo, la batuta pasó a los maestros Guerrero, Guzmán y Valdés Arnau, este último se inició como director casi al cierre de la emisora. La orquesta llegó a tener hasta treinta profesores de sus instrumentos.
Pero desde el punto de vista de la difusión de la mejor música, la orquesta de la emisora Mil Diez tuvo en su repertorio piezas musicales de España, México, Argentina, Paraguay, Bolivia, Venezuela, Colombia, Estados Unidos, y música dispersa y fragmentaria de Francia, la URSS e Italia.
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