En Venezuela, más de 16 000 cubanos integran un ejército de paz. Desde su particular trinchera de vida, el doctor tunero José Lázaro Oduardo Pacheco siente, cada día, el orgullo de pertenecer a esa milicia de la concordia que es la Misión Médica Cubana.
Desde hace más de 3 años, el espigado intensivista se desempeña en el Centro de Diagnóstico Integral “José Rosendo Silva», de la comunidad de Belén, en las montañas de Carabobo.
«Llegué a la Misión en junio de 2019, y desde entonces, me desempeño como Médico General Integral, diplomado en Terapia Intensiva».
En la población más alta de la serranía carabobeña, José Lázaro ha compartido «las verdes y las maduras» con la gente de Belén. De entre las hazañas cotidianas que dejan casi 4 años de consultas, guardias, emergencias y vidas salvadas, el doctor Oduardo Pacheco resalta los días de batalla contra la Covid-19.
«Fueron meses duros, de intenso trabajo con pacientes positivos al virus. Afortunadamente, no sufrí pérdidas humanas, gracias a la labor de todo el equipo del CDI. Me siento feliz por eso, porque pude salvar a varios pacientes que llegaron graves y críticos. Esa satisfacción la voy a llevar siempre, como médico internacionalista, orgullosos de ser médico cubano».
Sobre el pueblo venezolano, José Lázaro asegura que «es muy agradecido con nuestro trabajo. Con solo tocarlos, atenderlos como un ser humano merece, ya se nota su felicidad y empieza la mejoría clínica».
Solo por eso, por los abrazos y las sonrisas que coronan la batalla ganada contra la muerte, al doctor José Lázaro Oduardo Pacheco le enorgullece vestir el blanco de un ejército de paz, de la milicia de la concordia que en Venezuela llaman Misión Barrio Adentro.
«Lo considero un gran logro personal: representar a mi Cuba, como parte de un ejército… pero un ejército de batas blancas».
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