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El Día Internacional de los Trabajadores es una tradición en el mundo y en Cuba ya se extiende a más de cien años  
Significación histórica del 1ro. de mayo en Cuba

El sistema capitalista se sustenta en la explotación de la inmensa mayoría de la población del planeta por una minoría cada vez más reducida y rica. Para sostenerse en esta etapa globalizada y neoliberal, con una superpotencia hegemónica, debe mantener a los pueblos desunidos. Por eso, cualquier manifestación de acción unida, que evidencia cuántos somos y cuál es nuestra fuerza real, llena de preocupación al imperialismo, sus cómplices y mercenarios.

De manera muy sintética, el origen estuvo en la Federación de Oficios Organizados y Sindicatos de los Estados Unidos y el Canadá que en su cuarto congreso, en 1884, planteó la intensificación de la lucha por la jornada de ocho horas que culminaría el primer día de mayo de 1886, que cayó sábado.

El día 3, en la fábrica Mc Cormick, y el 4 en la plaza Haymarket de la ciudad de Chicago ocurrieron los hechos que condujeron al juicio y condena de ocho activistas sindicales, cuatro de ellos ahorcados el 11 de noviembre de 1887: Albert Parsons, August Spies, George Engel y Adolph Fisher, líderes socialistas y revolucionarios que lucharon por lograr reivindicaciones para sus hermanos de clase.

En 1893, el Gobernador del Estado de Illinois, al cual pertenece Chicago, anuló el juicio, apuntando que había sido un linchamiento legal de cuatro personas por sus ideas, quedando en libertad los encartados que guardaban prisión.

La tradición del Primero de Mayo nació cuando la Segunda Internacional acordó en París, en julio de 1889, organizar una gran manifestación de manera que en todos los países y en todas las villas a la vez,  los trabajadores emplazaran a los poderes públicos ante la obligación de reducir legalmente a ocho horas la jornada de trabajo y otras resoluciones del Congreso Internacional de París, para el 1º de mayo de 1890, fecha adoptada por la Federación Americana del Trabajo en su Congreso de diciembre de 1888, celebrado en San Luis, como homenaje a los mártires de Chicago.

 En Cuba, donde se había seguido por el periódico obrero El Productor todo lo ocurrido alrededor del citado proceso judicial de Chicago y ante la convocatoria de París, en la capital  acudieron unos tres mil obreros. Después de desfilar por las calles se congregaron en Consulado y Virtudes.

Argentina en América y un puñado de países también cumplieron con la invitación. Así comenzó la tradición que ha llegado a ser simultánea en una gran parte del mundo, con la participación de millones de personas movilizadas por las más justas causas de la humanidad.

De ese modo nació la conmemoración del Primero de Mayo que no ha sido ni invento de Carlos Marx, quien había muerto en 1883, ni de los comunistas, ya que es, ante todo, un llamado a la unidad, por encima de tendencias, de todos los trabajadores.

En 1891 algunos países volvieron a desarrollar la movilización. En Cuba se realizó un acto en el Teatro Irijoa —luego Teatro Martí— en Dragones y Zulueta, mas también se desarrolló en la ciudad de Camagüey. Desde entonces  el Primero de Mayo se incorporó a las formas de lucha de los trabajadores en una proyección nacional e internacional.

En nuestro país, en tiempos de la república neocolonial, entre 1902 y 1958, hubo algunos años de profunda significación. Entre ellos destacamos:

1925
En el Nuevo Frontón (lugar donde hoy se encuentra la sede nacional de la Central de Trabajadores de Cuba) hablaron, como el primero de los cuatro oradores, Alfredo López, por la Federación Obrera de La Habana, e hizo el resumen Julio Antonio Mella, el líder revolucionario, denunciando al recién electo Gerardo Machado  y comparándolo con el cabecilla fascista Mussollinni.

Los asistentes partieron a la Colina Lenin en Regla, bautizada así en homenaje al líder revolucionario ya fallecido.

1930
Junto con la huelga del 20 de marzo y la manifestación estudiantil del 30 de septiembre, la movilización obrera, por su combatividad, formó parte del inicio de la etapa final de lucha popular contra la tiranía machadista que condujo a su derrocamiento en 1933. Ese año la represión dejó varios muertos y heridos.

1937
Con su organización y movilización constituyó el primer paso decisivo para la creación en 1939 de la Confederación de Trabajadores de Cuba.

1945
Fue la más amplia celebración en todo el período pre—revolucionario, al extenderse por todo el país, por la  paz y la unidad de todos los trabajadores de Cuba y del mundo cuando no había terminado la Segunda Guerra Mundial. Se levantaron para completar la legislación que permitiera aplicar las progresistas ideas incluidas en la Constitución de 1940 por la movilización combativa, precisamente, de los trabajadores.

Después del artero golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, las libertades que no habían podido suprimir los gobiernos anteriores fueron eliminadas, instaurándose en el país una férrea dictadura militar. Nuestro pueblo, y en particular los trabajadores, eran los que más sentían sobre sus espaldas los efectos de la política reaccionaria y anticonstitucional del nuevo gobierno, plegado totalmente a los intereses del imperialismo y de la oligarquía burgués—latifundista.

En el movimiento sindical, el ambiente se hizo aún más irrespirable para los trabajadores. La dictadura se apoyó en los elementos gangsteriles y politiqueros que, con Eusebio Mujal a la cabeza, dirigían la CTC oficial, y continuó con mayor fuerza la imposición de dirigentes obreros por decreto, los asaltos a los locales sindicales, la persecución y el asesinato de líderes unitarios.

De más está decir que, sistemáticamente, el gobierno prohibía los desfiles y la dirección de la CTC se negaba a propiciar la acción conjunta de las masas. Para los dirigentes impuestos eran menos problemáticos los actos raquíticos, en locales cerrados, con un público disfrazado de obreros y unos pocos trabajadores reclutados mediante la amenaza y la coacción. No obstante, los trabajadores celebraban su día por todas las vías posibles, arriesgando su integridad física, su propia vida: desde colgar telas y banderas en lugares visibles, repartir proclamas, fijar carteles y pintar paredes, hasta realizar pequeños desfiles locales, mítines relámpagos, veladas, paros obreros y otras actividades similares.

1953
Desde el 25 de abril, empezaron a recorrer las calles, bajo la persecución de la policía, grupos de trabajadores que reclamaban desfile unido. Por la inminente prohibición del desfile unitario y el rechazo de la CTC mujalista a la celebración unida, la sección obrera de la Federación Estudiantil Universitaria ofreció el Stadium Universitario para realizar el acto. Se creó un comité conjunto obrero—estudiantil, el cual emitió un comunicado que se publicó el 29 de abril.

El día Primero de Mayo, las calles cercanas al campo deportivo y sus alrededores amanecieron llenas de policías con fines de intimidación; pero no pudieron impedir que se realizara el acto con miles de trabajadores y estudiantes.

1957
Después del glorioso desembarco del Granma la represión se hizo más aguda. En mayo de 1957, fresco aún el asalto al Palacio Presidencial, las condiciones eran sumamente difíciles para la movilización obrera. Sin embargo, el Día de los Trabajadores se conmemoró en todo el país. En el Parque Central de La Habana se depositó una ofrenda floral ante la estatua de José Martí con gritos de ¡Abajo la tiranía! ¡Abajo Mujal!

En Cabaiguán se efectuó una manifestación pública que, pese a la detención de sus organizadores, recorrió el pueblo con banderas, telas, cartelones y consignas de lucha. Los campesinos del Realengo 18, Ventas de Casanova y San Lorenzo, celebraron también actos conmemorativos. Y actividades similares se realizaron en Pinar del Río, Bayamo, Santa Clara, Camajuaní, etc.

1958
En los actos clandestinos del Primero de Mayo el centro de las demandas levantadas por el proletariado era el llamamiento a la lucha por el derrocamiento de la camarilla batistiana y de sus agentes mujalistas.

Fue a partir del triunfo de la Revolución en 1959 que las celebraciones alcanzaron un nivel incomparable con cualquier etapa anterior, poniendo de manifiesto el carácter popular del proceso que comenzaba. En estos años el Primero de Mayo se ha convertido en algo de mucha mayor significación que aquella que le dio origen: la lucha por las justas demandas de los trabajadores.
 
Entre sus nuevas características está el de haberse convertido en un momento de reafirmación revolucionaria frente al imperialismo; ya no es sólo una fiesta de trabajadores, o sea, de la mayoría del pueblo, sino de todo el pueblo patriota, lo cual se expresa en la participación junto a las organizaciones sindicales de toda la sociedad.

Sobre todo se da continuidad al sentido internacionalista de la fecha. Es la oportunidad de expresar la solidaridad con otros pueblos del mundo que afrontan agresiones, crisis, dictaduras y otros males; es el momento de la denuncia contra el imperialismo y sus diversas formas de tratar de ejercer el dominio mundial.

Especial espacio ha tenido cada Primero de Mayo en el proceso revolucionario el espíritu de unidad latinoamericana en cada uno de los momentos de la lucha contra las dictaduras, la intervención extranjera, la inmoral deuda externa y, más recientemente, contra el intento anexionista del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y por la formación de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de América, ALBA.

En 1959, en la capital se efectuó un colosal desfile que comenzó en horas de la mañana y culminó en la madrugada del siguiente día, dejando inaugurada, como escenario de actos de masas, la Plaza Cívica —Plaza de la Revolución José Martí desde 1961—, donde hizo el discurso resumen el entonces Comandante Raúl Castro Ruz, pues el Comandante en Jefe se hallaba en viaje de trabajo por el continente. Allí dijo:

Esta de ahora es la Cuba que soñara Martí; es la Cuba progresista que agitara en la década de los veinte Julio Antonio Mella, es la Joven Cuba, extinguida al florecer, que soñó Antonio Guiteras. Es la nueva Cuba de Fidel.

En Camagüey presidió la movilización el Comandante Camilo Cienfuegos y en Santiago de Cuba, el Comandante Ernesto Che Guevara.

Ha dicho nuestro Comandante en Jefe:

La CTC revolucionaria ha cumplido un papel insustituible en todas las batallas de la Revolución por la defensa del poder obrero, la nacionalización de las empresas fundamentales, la alfabetización, la movilización para las zafras azucareras, el mantenimiento de la producción bajo las condiciones del bloqueo económico del imperialismo, y tantos otros incontables esfuerzos que han hecho posible la victoria y la consolidación de la primera revolución socialista del continente americano.

Esta cita del Primer Congreso del Partido en 1975, todavía no incluía una de las más gloriosas páginas escritas por los trabajadores cubanos: las misiones internacionalistas, ya sea como colaboradores civiles, ya sea como reservistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en la lucha contra el imperialismo y el apartheid.

Tampoco se vislumbraba entonces la tremenda prueba que representó la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista, ni el extraordinario ejemplo de heroísmo y resistencia que ha dado en estos años el pueblo cubano y, muy en particular, los millones de hombres y mujeres que trabajan en cada esfera de la sociedad. Gracias a su decisión irrenunciable de preservar las conquistas del socialismo se mantuvo encendida la llama de la esperanza para las nuevas generaciones, que ha guiado a otros pueblos en el camino de su liberación social y nacional. 

En este año 2009, en medio de una compleja situación creada por la depresión económica y las crisis globales (alimentaria, energética, ambiental, financiera) provocadas por la irresponsabilidad y las ansias de ganancias del sistema capitalista, cuyos efectos recaen sobre todos los pueblos del mundo, incluyendo el nuestro, se hace más clara la necesidad de un Primero de Mayo con firmeza, combatividad y masividad.

Los trabajadores y todo el pueblo patriota pondrán de manifiesto, con su presencia en todos los actos que celebren este día, que somos la Revolución y que seguimos los mismos ideales que durante 119 años han inspirado esta celebración.

Unidos con el Partido, Fidel y Raúl, fortalecemos nuestra economía para consolidar lo que avancemos, erradicar errores e imperfecciones, afrontar las dificultades que nos impongan la depresión económica y los fenómenos naturales, y demostrar que del trabajo saldrán todas las soluciones, no para unos pocos, sino con todos y para el bien de todos.

 

   
 
   
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